Donar médula es salvar vidas

Cada día oímos más casos de niños y adultos que necesitan de forma urgente una donación de médula para poder vivir. Esto se debe a que cada año en nuestro país, 5.000 personas son diagnosticadas de leucemia y muchas de ellas necesitan un trasplante de médula ósea para superar la enfermedad. De ellos, 3 de cada 4 pacientes no tiene un familiar compatible por lo que las donaciones altruistas son vitales.

España superará este año los 250.000 donantes gracias al Plan Nacional de Médula, aunque el reto de la Organización Nacional de Trasplantes y de las comunidades autónomas es alcanzar un mínimo de 400.000 donantes en 2020, según el Ministerio de Sanidad.

En la actualidad, más de 28 millones de personas en todo el mundo son ya donantes de médula y hay más de 650.000 cordones de sangre de cordón umbilical almacenados en el mundo.

El trasplante de médula ósea es la única esperanza para muchos enfermos de leucemia y otras enfermedades de la sangre. Pero hay que tener muy claro en qué consiste y la responsabilidad que conlleva.

Convertirse en donante de médula es muy sencillo, basta con tener entre 18 y 55 años, gozar de buena salud, estar disponible en caso de que nos necesite un paciente y tener ganas de hacerlo.

Si cumples estos requisitos, podrás inscribirte ( desde http://medulaosea.ont.es/ o en la web de la Fundación Josep Carreras) o acercarte al hospital o centro de salud más cercano y te informarán de todo. Una vez que tengas cita en el hospital que corresponda, te extraerán una muestra de sangre como en el caso de una analítica normal y tendrás que rellenar el consentimiento. En pocas semanas recibirás una carta confirmando tu registro. A partir de ese momento quedarás disponible para todas las búsquedas de donante que se inicien desde cualquier registro del mundo.

En el caso de que seas compatible con alguien, desde el hospital se pondrán en contacto contigo y procederán con la extracción. Debemos tener en cuenta que una donación de médula ósea consiste en sustituir las células enfermas de un paciente por células sanas de un donante, para ello, existen dos formas de extracción:

  • Una muy sencilla (es la más común) mediante la cual se obtienen células madre de sangre periférica después de la administración de 4-5 inyecciones subcutáneas de unos agentes llamados “factores de crecimiento” que hacen pasar las células madre de la médula al torrente sanguíneo.
  • Y la otra opción, es extrayendo con una jeringuilla una pequeña cantidad de sangre medular de las crestas ilíacas (del hueso de la cadera del donante) mediante unas punciones. Este procedimiento se realiza bajo anestesia general o epidural y requiere ingreso hospitalario de 24 horas. Actualmente se realiza este procedimiento sólo en el 20% de los casos o para pacientes con enfermedades muy particulares que responden mejor a este tipo de donación.

Una vez hecha la donación, quedarás suspendido como donante durante un año aunque no hay ningún inconveniente en que se repita en caso de que, por ejemplo, un familiar lo necesite.

Del mismo modo que España es el país con más donantes de órganos del mundo, deberíamos concienciarnos de que donar médula sólo nos lleva unos minutos, el mismo tiempo que tardamos en hacernos un análisis de sangre. Sólo con eso, podemos ser la esperanza de vida de alguien que nos necesita. Donar médula es dar vida. No cuesta nada y el premio no tiene precio.

Foto: Google Imágenes

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