Dolor e higiene postural

A menudo, las labores cotidianas como recoger la casa, desplazarnos en coche, estar sentados frente al ordenador, cargar con las bolsas de la compra… se convierten en un auténtico calvario debido a los dolores de espalda y otras molestias posturales. La Higiene Postural nos previene de padecer estas dolencias y evitar futuros problemas musculares.

A través de esta disciplina aprendemos a adoptar las posturas y movimientos correctos para no cargar en exceso la columna. Por tanto, se trata de disminuir el esfuerzo físico que realizamos en algunas tareas diarias para reducir el riesgo de padecer dolores de espalda, y en el caso de que ya los suframos, mejorar nuestra calidad de vida.

La higiene postural ha demostrado su eficacia enseñando a hacer cualquier actividad de manera saludable y segura para nuestra espalda. Tanto si estamos acostados, como de pie, sentados, cargando peso o no, siempre hemos de cuidar nuestra espalda, manteniéndola lo más erguida posible y ejercitando el cuerpo para que no se resienta en una misma posición, aunque ésta sea correcta.

Cuando permanecemos mucho tiempo en la misma postura nuestra espalda se resiente, por ello, los especialistas recomiendan que al realizar viajes largos realicemos una serie de ejercicios que eviten la aparición de esas molestias musculares. Sólo son necesarios cinco minutos de nuestro tiempo:

  • Sentados en el coche, avión o silla de casa, eleva los pies del suelo y mueve los tobillos en círculos cada uno en un sentido. Cambia de movimiento de cada pie pasados quince segundos.
  • Después, flexiona el cuerpo hacia delante agarrando con los dos brazos primero una rodilla, manteniéndola pegada al pecho durante unos instantes, y luego repite esta acción con la otra. Vuelve a hacerlo diez veces.
  • Relaja los hombros y gira el cuello suave y lentamente de derecha a izquierda. Repite el ejercicio cinco veces.
  • Los estiramientos también son muy importantes. Por ello, hay que extender los brazos todo lo que se pueda, sobre la cabeza, agarrando con la mano derecha la muñeca izquierda y viceversa, varias veces.
  • Finalmente, ejercitamos el abdomen. Sentados con las plantas de los pies totalmente en el suelo, flexionamos el tronco contrayendo el abdomen tratando de unir el pecho con las rodillas y, después, los dedos de la mano con los de los pies.

Comentarios

Deja un comentario