La ola de frío ha traído mucha nieve a la capital, una ocasión perfecta para disfrutar de la naturaleza y de los regalos que la metereología ha traído, antes de que se los lleve la lluvia.
Los pueblos de la Sierra del Rincón no son muy visitados por los madrileños. Al menos, no tanto como Navacerrada y sus alrededores. Y es que, ciertamente, se necesita coche para acceder a ellos. Son poblaciones primorosas, en las que los lugareños han cuidado con mimo la arquitectura local; son limpios y accesibles. La mesonera de la Puebla afirma que, en los años en que corrió el dinero, otros Ayuntamientos se lo gastaron en vaquillas y rock and roll, mientras que los pueblos de esta zona lo invirtieron en su mantenimiento y ornato. A la vista está.
En los aledaños de Puebla de la Sierra se encuentran las alturas de “La Tornera”, 1866 m.; “Peña la cabra”, 1834 m.; y el “Torrejón Bajero”, 1350 m. Entre todas estas cimas, merece la pena acercarse acercarse a la inconfundible silueta triangular de “Peña la cabra”. La marcha arranca del puerto de la Puebla, un alto entre el pueblo de este nombre y Prádena del Rincón. Se inicia la caminata con rumbo sur, por la pista que asciende hasta unas cercanas antenas de teléfono. Hay que seguir la senda marcada por visibles hitos de piedra, hasta trepar por la brecha que cruza una cresta rocosa, desde la que es visible la inconfundible silueta de la peña que será nuestro destino. Un suave descenso, un portillón y una antena repetidora quedaran atrás para dar paso al camino que sigue al lado de un pinar, descendiendo haciendo oeste, donde se alcanza el Collado de la tiesa, en cuyas cercanías hay un refugio de cazadores. Acaso, en el que es el tramo más duro, se asciende por una amplia canal muy pedregosa, que nos acabará llevando al risco desde el que podremos ver a placer todo el pie de la Sierra y, si nos deja la niebla, otear las cuatro torres el paseo de la Castellana.
Se trata de una marcha por ordinariamente fácil, cuya dificultad no está sino en la nieve que en estos días cubre el itinerario. Recomendamos tener, por tanto, especial cuidado en estas fechas, tan propicias para dejarse llevar por los paisajes nevados y las asombrosas vistas que ofrece esta cima.
