Desmontando a Bacon

Madrid es la tercera parada del viaje de Francis Bacon por las principales pinacotecas del mundo. Cien años después de su nacimiento, el Museo Nacional del Prado expone por primera vez en nuestro país una retrospectiva de la obra del artista británico que podrá visitarse hasta el 19 de abril de 2009.

En total se pueden ver sesenta pinturas de Bacon y casi veinte objeto y archivos inéditos de su estudio, que ya han sido exhibidas en la la Tate Gallery de Londres y el Metropolitan Museum de Nueva York, agrupados en orden cronológico y temático, se acuerdo con las ideas y asuntos que más se repitieron en las diferentes etapas de su vida, todas sus obsesiones plasmadas en su obra: animal, zona, aprensión, archivo, crisis, crucifixión, retrato, memorial, épico y final.

Francis Bacon, contundente título de esta retrospectiva del pintor atormentado, supone una ruptura con las muestras más clásicas que generalmente se exhiben en el Prado. Sin embargo, su celebración está más que justificada no sólo por la trascendencia de la obra de Bacon, si no también por el papel que jugó la Pinacoteca madrileña en su obra.

Bacon estuvo varias veces en Madrid antes de morir en esta ciudad de una crisis cardíaca en abril del 1992 a los 82 años. Parece ser que le gustaba acudir al Prado, sobre todo cuando estaba cerrado al público y pedía que lo abriesen para analizar y estudiar las obras de los grandes maestros españoles Francisco de Goya y Diego Velázquez.

Para más información, visita www.museodelprado.es

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