Deja que te tiren de la lengua

Es algo que nos distingue y también que nos hace iguales, pues no depende de la rentas o de la condición social, sino que esta al alcance de todos, dispuesta a librarse a quien quiera cogerla. Es la lengua, y estudiarla, conocerla, ensanchar nuestro dominio de ella puede ofrecernos muchas satisfacciones.

Pero también puede serlo facilitar a otros el acceso a esa riqueza y, de paso, ayudar a su integración en la comunidad que le ha acogido. Cuando alguien llega a un país nuevo y no domina su habla, crece su vulnerabilidad y sus posibilidades de prosperar se ven limitadas. Contribuir a hacer más llevadero ese proceso es una tarea social que nos beneficia a todos.

Esa es la función que cumplen los voluntariados lingüísticos, una iniciativa que pone gratuitamente en contacto a personas nativas con extranjeras para que se encuentren regularmente y mantengan conversaciones. De esa forma, en un ambiente de confianza, quien está aprendiendo puede practicar sin inhibiciones, conocer nuevas expresiones, giros y palabras en distintos contextos e irse sintiendo más seguro con su nuevo idioma.

Las autonomías que poseen una lengua autóctona y que por ese motivo aún presentan un conflicto extra tanto para el recién llegado como para la sociedad que le acoge han sido pioneras en ese género de proyectos. La Generalitat de Catalunya, mediante su Consorci de Normalitzación, puso en marcha hace tiempo el modelo de parejas lingüísticas, que la pasada temporada contó con más de 5.000 usuarios y que espera crecer aún más este año.

Su evaluación ha sido tan buena que ya ha empezado a trasplantarse a otros lugares. A partir de 2008, el Gobierno Balear extenderá esa misma oferta, aunque algunos consistorios se hayan adelantado a la iniciativa y en ayuntamientos como los de Ibiza o Manacor figure ya entre sus servicios. Además, las potencialidades de Internet se han empezado a explotar con herramientas tan originales como parlacatala.org.

También Galicia ha desarrollado una plataforma para este tipo de intercambios. Su Programa de activación para a participación cidadá pretende que el gallego no sea sólo un patrimonio restringido a los locales, sino una gran lengua abierta a todos.

En el ámbito castellanohablante estas propuestas se circunscriben al entorno universitario, donde los programas de intercambio son comunes. Sin embargo aun no existe una red articulada para que los inmigrantes aprendan español con la ayuda de personas que no sean estrictamente estudiantes. Sin embargo, en el fondo se trata de una iniciativa sencilla, que cualquiera puede proponer de forma espontánea (e incluso recibir a cambio clases de otra lengua) y que esperemos que no tarde en llegar de una forma un poco más organizada e institucional.

Comentarios

Deja un comentario