Abandonen aquí la lectura los fetichistas de los formatos tradicionales y los coleccionistas de tesoros originales. Pues si para muchos ya supone una herejía hablar de archivos de música en MP3 y nunca han olvidado los hermosos y cálidos vinilos, o consideran que la victoria del libro digital es una pesadilla que por fortuna nunca se hará realidad, saber que también las clásicas tiras y los manejables pliegos de los tebeos se preparan para la navegación puede suponerles el colmo del escándalo.
Pero por más que uno de los placeres de todo aficionado los cómics sea ufanarse de ese número inencontrable o exhibir todos los números de una serie seguida fielmente durante años, hay que tener presente que la red también va a subvertir ese estado de las cosas. Y la iniciativa no ha partido sólo de aficionados y espontáneos, sino de las grandes editoriales que se han decidido a colgar sus catálogos en Internet. En el congreso de Internacional Comic Artist de Hong Kong se aprobó la idea y mediante el Digital Manga Project los fieles japoneses ya pueden disponer de algunos sus personajes favoritos de descargas especialmente pensadas para llevar en el Ipod.
La idea también se ha extendido a la industria americana, que a diferencia de sus homólogos discográficos parece dispuesta a aliarse con los progresos tecnológicos para prosperar. El gigante Marvel (casa natal de superhéroes com Spiderman o Lobezno) anima a regalar estas navidades suscripciones a su catálogo virtual, DC Comics (hogar de mitos del noveno arte com Superman o Batman) dispone de un rincón en MySpace con acceso a salvapantallas, páginas históricas, semblanzas de personajes y otros materiales exclusivos, e Image, fiel a su sello alternativo, pone al alcance del usuario muchos de sus mejores títulos gratuitamente.
De momento sólo los angloparlantes podrán disfrutar de esta nueva dimensión de la historieta, pero…¿alguien duda de que todas estas tendencias pronto repercutirán en las escenas locales? Seguro que no está lejano el día en que Mortadelo y Filemón o el Capitán Trueno también surquen los mares del ciberespacio.
