Los usuarios de la sanidad española parecemos no estar muy contentos con su estado, y cada vez menos, ya que según el último índice de Consumidores de la Sanidad Europea elaborado por el centro de análisis Health Consumer Powerhouse, con el apoyo de la Comisión de la UE, el sistema español tiene una calificación de 630 puntos de 1.000 posibles situándose en el puesto 21 de los 32 países que concurren.

En un comunicado valorando los resultados de la encuesta, el director del estudio, Arne Björnberg, ha afirmado que “el sistema de salud público en España parece incapaz de desarrollar una estrategia para mejorar el acceso y la calidad de sus servicios, lo que explica el gran desarrollo del sector privado en los últimos años”, añadiendo que “se necesitan con urgencia cambios drásticos que provoquen una mayor eficiencia y calidad”.

Los indicadores que se valoran en este estudio, que se realiza anualmente desde 2005 con el objetivo de mostrar las carencias y posibles mejoras en los diferentes sistemas de salud de la Unión Europea, se engloban en seis categorías: los derechos el paciente y la información, los servicios de salud online, los tiempos de espera para tratamientos comunes, los resultados de la atención médica, la generosidad del sistema y el acceso a los medicamentos. La puntuación más baja de España es en el respeto a los derechos del paciente o la calidad de los servicios sanitarios on-line dejándo nuestra sanidad al nivel de algunos países del Este.

La respuesta de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública al informe ha sido de rechazo a sus conclusiones y han destacado “en España todo el mundo tiene las mismas oportunidades, mientras que en otros países -mejor valorados por este informe- parte de la población no tiene acceso a determinadas pruebas porque tiene que pagar por ellas previamente”.