Creta y los toros

Cerca de 600.000 habitantes pueblan esta isla griega que, durante los últimos años, se ha convertido en uno de los destinos de viaje más deseados. Su fama se debe a sus hermosas playas -la de Matala y la de Karteru Amnissos son dos buenos ejemplos de ello- y a su singular luz blanca, que provoca que se respire una tranquilidad inusitada. Se trata de la quinta isla más grande del mediterráneo y su capital Heraklion, es la tercera ciudad más importante del país.

Además de su clima mediterráneo y sus hermosos paisajes, la isla es todo filón para los amantes de la cultura griega. En ella discurrieron algunos de los pasajes mitolológicos más icónicos de la historia, como el rapto de Europa o la huida del laberinto del Minotauro por los desgraciados Dédalo e Ícaro. No en vano, Creta fue cuna de una de las civilizaciones más relevantes del mediterráneo, unos 2.000 años antes de Cristo. La civilización minóica se forjó, probablemente, gracias a la estratégica situación de la isla de cara al comercio. Su auge económico pronto favoreció un desarrollo cultural excepcional que descubrimos a través de sus vestigios artísticos y más concretamente de su avanzada arquitectura. El ejemplo más singular es el Palacio de Knossos, situado a tan sólo seis kilómetros de la capital conserva unas bellísimas pinturas policromadas y una impresionante columnata que, sin duda, fue en su día fue el marco perfecto de las más de 1.500 estancias que poseía este palacio, supuesta morada del mítico rey Minos.

Heracles y el toro de Creta

Entre las pinturas más interesantes que se conservan de la época minoica destacan las dedicadas al deporte conocido como “salto del toro”. Se cree que, por ser el toro un animal ritual, estos saltos estuvieron relacionados con prácticas religiosas y que, probablemente, finalizaran con el sacrificio del animal. Muchos historiadores han querido ver en esta tradición el origen de nuestras corridas y de otros entretenimientos relacionadas con lo taurino en todo el mediterráneo.

Continuando con nuestra visita a la isla, es también obligada la visita de los palacios de Arcanes y Vacipietro, así como de la grutas minoícas de Arcalojori y Amnisos. El mégaron de Niru Jani y las bellas iglesias de Viano son otras dos buenas opciones si lo que se desea es hacer turismo y empaparse del legado cultural de Creta. Del mismo modo, destacan la arquitectura clásica y Romana de Malia, el monasterio de Keriá Peliadas, las iglesias bizantinas de Fodele -cuna de El Greco- y la famosa cueva de Ida.

En la capital no hay que perderse la catedral de San Menas, la fuente de Morosini, la iglesia de San Tito, el Ayuntamiento y la Logia, así como el museo histórico y etnográfico. Otra buena opción es salir a pasear por las murallas venecianas y contemplar el atardecer en el castillo, que se conserva en perfecto estado.

Los servicios hoteleros y la gastronomía no defraudarán a quienes se embarquen en este viaje que, sin duda, combina a la perfección dos de los objetivos que suele buscar todo viajero: descanso y cultura.

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