Cotillón de lux

¿Cansados de las 12 uvas de siempre? ¿Necesidad imperiosa de huir de los atracones familiares que a estas alturas corren ya el riesgo de ser reiterativos? Hoy exponemos unas cuantas nocheviejas de excepción.

Si la Navidad es la celebración familiar por excelencia, el fin de año es mucho más excusable pasarlo con amigos o pareja y en verbenas de todo pelaje. De hecho, en esta época proliferan las ofertas de viaje, hoteles y casas rurales cuelgan el cartel de “sin vacantes” y las salas de fiestas hacen su agosto en pleno diciembre.

Y para aquellos a quienes 2010 no les haya dejado un roto en el bolsillo hay unas cuantas posibilidades de festejar la nochevieja con todo el boato que la ocasión merece. Es la posibilidad que ofrecen algunos restaurantes muy selectos y estrellados, que ponen sus mesas más refinadas al alcance de un puñado de afortunados. Por ejemplo, el restaurante Santceloni del Hotel Hesperia de Madrid tendrá a Santi Santamaria al cargo de la preparación de un menú especial que por 330 Euros hará las delicias del comensal más exigente y le dará acceso a la posterior fiesta. Mientras, en Barcelona, hace años que viene cogiendo fama la gala del Hotel Casa Fuster, cita encopetada que por algo más de 300 Euros nos permite participar de una velada de ensueño en un histórico palacio del Passeig de Gracia.

Y esa son sólo dos de las propuestas lujosas con las que hoteles del mundo entero nos invitan a recibir el 2011.

Pero los más osados o sencillamente  quienes quieran poner incluso más tierra de por medio con su vida cotidiana,  pueden encontrar otras muchas ideas aun más originales. Por ejemplo, visitar Funchal, la capital de Madeira, que además de acogernos con temperaturas templadas organiza cada nochevieja uno de los mayores espectáculos pirotécnicos del mundo en su bahía.

En cambio, si lo que buscamos es mejor suerte para 2011, nada mejor que una timba de póquer en Las Vegas, la ciudad que nunca duerme y que, por supuesto, no hace excepciones el 31 de diciembre. O ya lanzados a la aventura, podemos cruzar las fronteras del año a bordo de un crucero, como el que zarpa desde el puerto de Barcelona con rumbo a Roma, y que garantiza baile hasta el bello amanecer del horizonte marino.

Ahora bien, los más clásicos y afectos a la ceremonia, pueden pujar por una entrada en la que posiblemente sea la fiesta de nochevieja más exclusiva y conocida del planeta: el Baile del Emperador en Viena. Hasta 3.000 personas se agolparán en Hofburg para celebrar a ritmo de vals y entre trago y trago de champagne el advenimiento de 2011. Las invitaciones valen su peso en oro, pero una noche es una noche y ninguna ofrece mejores pretextos que la que ya se acerca.

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