Copas con corazón

La reina madre británica atribuía su longevidad sin demasiados sobresaltos a que todos los días tomaba una copita de alcohol. No era la primera ni la última que se realizaba una afirmación que tradicionalmente se ha tomado por segura en nuestra cultura popular. Pero, aunque tampoco es nuevo, pocas veces un equipo de investigadores médicos se han molestado en demostrarlo científicamente.

Si bien muchos estudios han concluido que los consumidores leves o moderados de alcohol cuentan con una mejor salud que los abstemios, tampoco se ha argüido científicamente que éstos últimos tengan que comenzar a beber. Sin embargo, una reciente investigación de la Universidad Médica de Carolina del Sur, que precisamente se centra en comprobar si también la ingesta moderada de alcohol en personas que nunca lo han hecho también les beneficia, ha concluido que los abstemios de mediana edad que comienzan a beber ocasionalmente una copa pueden vivir más tiempo y sin problemas cardiovasculares.

En concreto, las personas que se sometieron a este estudio, cumpliendo estas condiciones, presentaron un 38% menos de probabilidades de sufrir un ataque al corazón, incluso padeciendo ya sobrepeso, diabetes, hipertensión arterial, tabaquismo, afecciones que pudieran en un futuro aquejar al corazón. Esto no significa, no obstante, que estos médicos animen a los abstemios a beber alcohol, sólo quieren poner de relieve que sí puede haber motivos para hacerlo, siempre de manera muy moderada.

Las cantidades de alcohol que se consideran saludables ingerir se sitúan entre un vaso y dos al día; y mucho más saludable si se trata sólo de vino.

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