Cerca de diez millones de españoles padece algún tipo de alergia, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. Las que afectan a la respiración, por causa del polen, el polvo y los elementos contaminantes de ambiente, son las que se desarrollan más frecuentemente y que, con los efectos del cambio climático, amenaza con crecer a mayor velocidad.
Las escasas gotas que han caído en los meses invernales han precipitado la llegada del periodo primaveral, si a esto unimos la concentración de aire contaminado de las grandes ciudades y el ambiente seco que se respira, puede que la situación no se presente muy apetecible para los alérgicos. Por ello, es más necesario que nunca tratar de llevar una vida lo más sana posible y seguir algunos consejos que pueden resultar muy útiles, además de cumplir los tratamientos y vacunas pertinentes, para que no se merme nuestra calidad de vida.
En primer lugar, cuando notemos que los picores e hinchazones y demás síntomas de alergia comienzan a brotar, es recomendable reducir las salidas al aire libre, sobre todo a primera hora de la mañana y a última de la tarde, cuando la concentración de polen, polvo y contaminantes es mayor.
Al viajar en automóvil deberemos mantener cerradas las ventanillas, comprobar que los filtros del aire acondicionado están en perfectas condiciones, evitar las escapadas al campo –sobre todo para los alérgicos al polen-, o no dejar la ropa sacándose al aire libre, son algunas otras recomendaciones. Finalmente, lo más importante es seguir las indicaciones del especialista y no saltarse los tratamientos y el orden de vacunas.
