Con la cabeza a cubierto

Hasta aproximadamente mediados del siglo pasado el sombrero era más que una prenda de vestir con la que protegerse del frío o del sol y más que un simple adorno; Era indicativo de la clase social a la que se pertenecía.

Hoy en día sombreros, gorros, gorras, etc., se están recuperando tanto por su funcionalidad protectora ante las inclemencias del tiempo como por un sentido estético, y curiosamente muchos de los modelos actuales conservan una reminiscencia de tiempos pasados.

Existen muchos tipos de sombreros aunque posiblemente los más empleados en nuestro tiempo sean estos cuatro tipos:

La gorra: Es el más común y práctico desde hace muchas décadas. Tiene su origen en el ámbito deportivo, especialmente el béisbol, pero existen multitud de variedades según sus tejidos, tamaño de visera, etc. Es sin lugar a dudas un emblema de la cultura urbana a nivel mundial y sin duda, permanecerá en ella muchas modas, tendencias y generaciones más.

Las boinas: Sirven para cubrir la parte central de la cabeza, protegiendo únicamente el cuero cabelludo, dejando al descubierto las orejas y la nuca. Son como las gorras pero con la parte superior no abombada y una visera pequeña. Evoca al estilo bohemio.

El Porkpie: Con la forma de copa redonda, de fieltro superligero y flexible, y la parte de arriba aplanada completamente. Regresa a nuestros días después de que el actor Gene Hackman, llevara uno en la película French Connection (1971).

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Los Fedora: Tal vez los más reconocibles y los más populares y utilizados. Michael Jackson los volvió a poner de moda pero es inevitable que al verlos que emerjan en nuestra mente recuerdos de esas escenas del cine negro americano llenas de gángsters y policías con los rostros de tipos duros como Glen Ford, Humphrey Bogart o Frank Sinatra. En este tipo de sombrero se incluyen también el Trilby y el Borsalino; Éste último en realidad les diferencia del Fedora el material del que están hecho uno y otro. Suele ser de color gris o negro y tiene una cinta anudada al lado izquierdo. Los más destacados y apreciados por su calidad son los de la marca del mismo nombre, Borsalino, fundada por el italiano Giuseppe Borsalino en 1857 en Alessandria (Italia). Se caracteriza por el material empleado, fieltro elaborado con pelo de conejo. Se trata de una de las marcas más prestigiosas de sombreros, aunque también de las más caras del mundo, pero toda una inversión que sin duda podrán apreciar los amantes del sombrero, la calidad y la moda.

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Una vez escogido el modelo que mejor nos siente y vaya con nuestro estilismo sólo queda colocárnoslo. Si lo hacemos de forma que quede inclinado hacia atrás, pareceremos más abiertos y accesibles. Bien fijado sobre la sien pareceremos más formales y serios y si lo colocamos de forma que quede ladeado ligeramente le daremos un tono más casual a todo el conjunto. Y así, listos para lucir nuestras cabezas por todo lo alto.

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