Aunque en el resto de Europa no su nombre no es fácilmente reconocible, Andrei Melnichenko es uno de los multimillonarios rusos de mayor renombre en su país. Con tan solo 36 años es una de las 200 personas más ricas del planeta con una fortuna que alcanza los 4.600 millones de dólares. Una riqueza que, como ocurre con otros muchos multimillonarios, invierte en algunas excentricidades. Que le han hecho aún más famoso.
Hace unos meses conocíamos uno de sus caprichos: que Jennifer López cantase a dúo con su marido el portorriqueño Marc Anthony solo para él. A pesar de la desorbitada cifra que estaba dispuesto a pagar por satisfacer ese deseo, hasta dos millones de dólares, aún no ha conseguido convencer a los susodichos.
Más fácil de conseguir ha resultado ser el último de sus antojos, según informaba hace unas semanas la web de Cotizalia,: un impresionante yate llamado A. Aunque es casi un misterio mundial cómo es el yate, los rumores no han cesado sobre sus atributos: si es un buque de guerra, con cristales tintados, con inhibidores de radar o, incluso, que puede sumergirse. Lo que sí es seguro es que, a pesar de tanta especulación, no dejará indiferente a nadie, de acuerdo con el ostentoso gusto de Melnichenko.
El yate tiene una longitud de eslora superior al largo de un campo de fútbol, se encuentra en el ranking de los diez yates privados más largos del mundo y le ha costado la friolera de 300 millones de dólares. Sin embargo, lo que llama más la atención del barco es el elevadísimo consumo de diesel (alrededor de 690 galones por hora) y la seguridad de las instalaciones: las pantallas dáctiles y los sensores de movimiento son sólo algunas de las medidas de seguridad de las que está dotado A.
