Cohiba para la historia

Se cumplen 40 años del nacimiento de la marca enseña de puros cubanos y, como conviene a su fama, Cohiba ha buscado un gesto a la altura de las circunstancias: la producción de unos cigarros únicos que asombren a los aficionados del mundo entero.

Aunque no sería exacto decir a todos: los Behike, nombre comercial de tan exclusivos puros, se producirán sólo en número de 4.000, estarán seriados y se cobrarán a razón de 375 euros cada uno (se venderán 100 cajas de 40 unidades por 15.000 Euros). Parece pues obvio que, por su rareza y precio, no circularán al menudeo por estancos y cavas.

Pero ¿Qué distingue al Behike de otros cigarros y justifica su limitada producción y su coste? La clave finca en su proceso de producción, encomendado a Norma Fernández, la torcedera de puros más reputada de Cuba. Ella ha sido la artesana que ha elaborado cada una de esas piezas maestras: escogió las mejores hojas de las vegas de Vuelta Abajo y las plegó, cortó y rellenó con sus propias manos hasta obtener esos supuestamente inigualables ejemplares, que se han dejado añejar durante un lustro y que se presentaron en España hace apenas un par de semanas. Por si fuese poco, se sirven en lujosos humidores de ébano negro, cedro, hueso de buey y piel de manta, también numerados del uno al cien.

¿Es fundamentado creer que no sólo son los más caros y los más minuciosamente fabricados, sino también los mejores? Hasta que empiecen a comercializarse de forma efectiva, es difícil saberlo, porque el secreto ha presidido toda la operación y sus cualidades, su sabor, su aroma, permanecen desconocidos excepto para unos pocos catadores privilegiados. Las expectativas son grandes y bien pronto se sabrá si justificadamente y si, tal y como pretende la tabaquera, acaba de nacer un mito.
Mientras se ventila la cuestión, a los que estén reconcomidos por la impaciencia o no tengan esperanzas de hacerse con tan raros e inasequibles cigarros, siempre les quedará el consuelo de solazarse con unos estupendos lanceros, robustos o siglo VI, que sin ser Behike, también son bocanadas de canela fina.

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