Cinco obras para el nuevo milenio

El último siglo ha visto aparecer una arquitectura global, facturada por estudios multinacionales, que ha abolido diferencias culturales o tradiciones constructoras particulares para levantar edificios indistintamente en ciudades de todo el ancho mundo, ensimismada en sí misma y su aparente virtuosismo. Junto a ella ha convivido otra arquitectura más razonada y con vínculos vernáculos, tanto en las formas como en los materiales y en el esfuerzo de integración en el entorno. Pero una y otra van conformando el nuevo paisaje de nuestro planeta y sus iconos de referencia, el reflejo del gusto de nuestro tiempo y de sus ideas dominantes.

¿Pero dónde están y quienes plantan esos grandes hitos de los últimos años? Como todo debate artístico, éste puede suscitar opiniones muy encontradas, así que nosotros nos hemos atrevido a seleccionar nuestros propios cinco. Pero la última opinión siempre pertenecerá a uno mismo y a las emociones que sienta en su encuentro con esos lugares.

1. Centro Cultural Tjibaou de Nueva Caledonia. Renzo Piano, el responsable del centro Pompidou de París y de la Potsdamer Platz de Berlín; ganador de un Pritzker, máximo galardón arquitectónico, alto exponente en su día del postmodernismo y que hoy, con piezas como ésta o la reforma de la California Academy of Sciences busca nuevas fórmulas para la llamada construcción tecno-ecológica.
Aquí se inspiró en la tradición canaca autóctona y le salió esta preciosidad.

2. Biblioteca de Alejandría. Refundación simbólica de ese templo del saber antiguo, la nueva biblioteca de Alejandría –como otras de su género, que han servido de campo de pruebas de la mejor arquitectura- es un tributo al pasado y al futuro con forma de gran disco solar en un claro guiño al poderoso culto a esta divinidad que hubo en el egipcio faraónico.
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3. El Parlamento de Escocia.
 Un emblema por muchísimas cosas. No ya porque significaba la recuperación de autonomía de una nación negada o porque fuera la obra magna, obsesivamente trabajada, del hoy reconocidísimo maestro catalán Enric Miralles, sino por sus mismas contradicciones: quiso encarnar con su transparencia la acción de los políticos a la vista de la ciudadanía, pero se estrenó con muchísimo retraso y con graves sobrecostes por culpa de todo tipo de impedimentos y dificultades burocráticas. Aun así, merece muchísimo la pena ir a conocerlo.

4. Museo de arte contemporáneo de Niterói. Óscar Niemeyer, centenario representante de una arquitectura de intención socializadora y comunitarista, forjador de la capital de Brasil –Brasilia- y capaz de levantar a los cien años la obra que definió como “metáfora del cuerpo de las mujeres de su país.”

5. Porque también encarnan algunos de los aspectos más dudosos pero aun así representativos de la arquitectura del presente, la quinta elección sería aquella de los fiascos o proyectos controvertidos, que empezamos a glosar en un artículo anterior y del que, con éste como puente, prometemos continuidad. El bloque de Rafael Moneo en el centro histórico de Ávila es posiblemente uno de los más incomprendidos.

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