Hace apenas una semana se cumplió el aniversario del nacimiento deLudwig Mies van de Rohe, uno de los grandes de la arquitectura contemporánea. Conocido por la máxima “Menos es más” -una frase que, por otro lado, no le pertenece- Mies fue el maestro de la arquitectura orientada a adaptar la forma a la función. Para muchos, su obra es sinónimo de frialdad, para otros tantos, de elegancia. De un modo u otro, en sus trabajos encontramos algunas constantes de mucho interés; como la configuración de un espacio flexible y la presencia de calidad -en detrimento de la cantidad- a la hora de decorar.
Aprovechando las celebraciones de la que hubiera sido su 126ª onomástica, hoy proponemos un viaje a través de las construcciones más significativas que se conservan en la ciudad donde su obra fue más prolífica: Chicago.
La tercera ciudad más grande de los Estados Unidos, conocida en todo el mundo por sus tópicos en torno a los gánsters y los escándalos durante la época de la Ley Seca; Chicago es, además, una interesante urbe en cuanto a la oferta cultural que atesora. Grandes ejemplos de arquitectura contemporánea y un buen elenco de museos, con importantísimas piezas entre sus colecciones, son algunos de los atractivos de esta ciudad, a la que muchos siguen peregrinando por considerarse la cuna del Blues.
Mies van der Rohe residió allí durante gran parte de su carrera y su huella puede verse por toda la ciudad. Empezaremos nuestro recorrido arquitectónico por los “Lake Shore Drive Apartaments”, dos torres de cristal, pioneras en su especie, cuya estética despertó en su día el desdén de la crítica pero que, actualmente, se consideran como uno de los “Chicago Landmarks”.
Este mismo título lo ostenta, también desde 1997, el Crown Hall del Instituto Tecnolológico de Illiniois. Diseñado para convertirse en la sede de la Escuela de Arquitectura, este edificio -construido sobre un basamento que hace un sutil guiño a los templos de la Grecia clásica- todavía sigue siendo un modelo a la hora de proyectar estructuras de vidrio y acero que permitan un espacio flexible. En el mismo complejo universitario también se pueden visitar otras obras del alemán: el Alumni Memorial Hall y laCarr Memorial Chapel, uno de los ejemplos más sobrios y ascéticos de la arquitectura religiosa contemporánea.
En nuestro periplo por el Chicago Miesiano no hay que perderse otros edificios -algo menos icónicos, eso sí- como el IBM Plaza, el One Illinois Center, todo el complejo del Chicago Federal Center o el complejo residencial Colonnade.
Y para terminar, el plato fuerte: la Casa Farnsworth. Situada en las afueras de la ciudad, esta estructura de vidrio, que permite que la naturaleza se convierta en un elemento más del interior de la vivienda, es un todo un icono de nuestro tiempo. Con mármol travertino en los suelos, una estructura de acero con piel de vidrio y acabados de madera noble, el arquitecto alemán nos enseña que el lujo no tiene porqué estar en lo recargado, mientras, una vez más, hace realidad su idea de arquitectura: “la voluntad de un época traducida al espacio”.
