Chardin, de camino a Madrid

Hoy domingo 13 de febrero finaliza la exposición “Pasión por Renoir”. Despúes del éxito cosechado por dicha exposición, que ha recibido unas 4000 visitas al día, el próximo 1 de marzo se inicia una de las grandes exposiciones de este año 2011, “Chardin (1699-1779)”. Se podrá visitar hasta el 29 de mayo de 2011.

El comisario de la exposición, Pierre Rosenberg, es miembro de la Académie Française y director honorario del Museo del Louvre. La muestra se ha llevado a cabo con la colaboración especial de este museo que ha prestado once obras para la ocasión.

Bendición (1740), Jean-Baptiste Siméon Chardin. © Museo del Louvre, París

La exposición se ha organizado cronológicamente: comenzando por sus primeras obras, de la segunda década del siglo XVIII, y terminando por los pasteles del final de su vida. Antes de su llegada al Prado, esta antológica se ha presentado en el Palazzo del Diamante de Ferrara, con la gran fortuna de que en Madrid se podrán admirar 16 obras más que en la sede italiana.

Podremos admirar obras tan importantes como “La raya”, inusual dentro del género de la naturaleza muerta por la inclusión de un elemento vivo -un gato- que aporta un extraño y velado dinamismo a la composición triangular de la pintura. Y es que Chardin era un artista muy lento trabajando, ya que pintaba y retocaba mucho sus obras, por lo que produjo muy pocos cuadros a lo largo de su vida, y por eso es especialmente llamativa la inclusión de ese elemento dinámico en su pintura.

La Raya, 1725-1726.

Chardin destaca como pintor de naturalezas muertas, retratos y escenas de interior, siendo considerado como uno de los mejores pintores franceses del XVIII. Las escenas de vida cotidiana, marcadas por la humildad, y los objetos personales fueron sus temas favoritos.

Se caracteriza por conseguir una gran armonía de colores, utilizando la paleta con sobriedad y gran inteligencia. La luz será otra de sus grandes preocupaciones, teniendo como referencia el barroco holandés y muy especialmente a Vermeer.

Será muy interesante acudir a esta exposición que, por primera vez en España, reúne obras de un pintor como Chardin, de primera línea, incluyendo obras de reciente catalogación y de colección particular que no se pueden contemplar habitualmente.

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