Descubrir esta urbe es un verdadero placer y toda una sorpresa para cualquier viajero que se precie. Se puede comenzar con un paseo por esta bella ciudad, que nos permitirá disfrutar de su bella arquitectura, donde destacamos La Grand Place, con sus maravillosos edificios gremiales o el Ayuntamiento, conocido como Hôtel de Ville, de estilo gótico.
Tampoco debéis perderos el Palais de la Nation, que alberga el Parlamento y el Palais Real, abierto el 21 de Julio y por seis semanas consecutivas, a partir de esa fecha, día de la Fiesta Nacional. En él se albergan obras de arte de gran importancia como tapices de Goya, el famoso Salón del Trono; testigo de grandes acontecimientos históricos, como la abdicación de Emperador Carlos V, en su hijo Felipe II, en 1555. Como curiosidad, vale la pena señalar que una de las atracciones más visitadas en el Palacio es la famosa lámpara con forma de tela de araña del Salón de los Espejos.
También esta ciudad cuenta con un buen número de interesantes museos, como el conjunto de museos reales de bellas artes, Beaux Arts, el Museo de Arte Moderno, que alberga La Tentación de San Antonio de Dalí y varias obras de los pintores surrealistas belgas. También es importante el Museo de Instrumentos Musicales, que cuenta con una maravillosa recopilación de piezas de todo el mundo.
Por último destacaremos el Museo del Cómic, con una mención muy especial al creador belga de las aventuras de Tintín, Georges Remi.
En cuanto a la gastronomía, Bélgica es un país en el que se come muy bien, con una oferta culinaria que mezcla lo alemán y lo francés. Lo más característico son los mejillones belgas, cocidos y preparados con numerosas salsas distintas. Los más golosos podrán disfrutar del paraíso del chocolate y los bombones.
Si además tenéis la suerte de pasar allí los días suficientes como para poder hacer alguna excursión a los interesantes lugares que tiene cerca, no os podéis olvidar de hacer una visita a Brujas, Gante o Amberes.
Sin duda, es un destino muy interesante en el que seguro no os aburriréis ni un segundo.
