La diversificación de sus trabajos, más allá de lo que estrictamente se considera moda, ha llevado en los últimos tiempos a algunos de los nombres más importantes de la Alta Costura unirse al de bebidas, alcohólicas o no, elevando el glamour que ya de por si envuelve a ambos.
Paradójicamente, una de las botellas más exclusivas de cuantas se han diseñado no contiene ni un gran vino ni un exclusivo champan, se trata de la edición de agua Evian creada por Christian Lacroix. En esta colaboración de excepción, el diseñador proyectó dos versiones de envases: una Pret a porter con motivo de la Navidad, caracterizada por las líneas sencillas y los dibujos de los Alpes de donde procede esta agua; y otra Alta Costura, del que sólo se han fabricado 99 unidades a subastar en Ebay, por el módico precio de salida de 1000 euros.
La bebida del glamour por excelencia, el champán, es una de las favoritas a la hora de vestir. El privilegio lo han tenido la pareja de diseñadores holandeses Victor & Rolf para Piper Heidsieck. Llamada Rose Savage tiene la particularidad de servirse al revés, concepto que mantienen sus complementos: copas y cubitera. Karl Lagerfeld ha dado un paso más con Dom Pérignon Rosé, diseñando no sólo la botella sino todo un maletín con seis unidades y tres copas. Su precio: 100.500 euros.
También hay quien inventa su propia bebida. Este es el caso del vodka Cavalli que, en palabras del propio diseñador, se podría definir como una bebida ”clara, cautivadora y brillante”, como la mujer que le inspira, de ahí la serpiente que envuelve el envase.
En nuestro país, desde hace unos años, la Asociación de Mujeres Amigas del Vino (AMAVI) convoca una particular subasta de botellas vestidas por algunos de los diseñadores españoles más importantes con el objetivo de recaudar fondos para diferentes ONGs. Estas citas ofrecen la posibilidad de ver cómo ven Ágata Ruiz de la Prada, Lorenzo Caprile, Vitorio y Luchino o Vicente Herráiz a algunos de nuestros riojas más prestigiosos.
