Berluti, la exclusividad hecha calzado

Alessandro Berluti (1865-1922) nació en Senigallia, cerca de Urbina, Italia. Gracias a la habilidad de sus manos, sus creaciones en piel gozaban de mucho éxito. En 1887, cogió sus antiguas herramientas de zapatero, y se marchó a París, donde fundó la casa Berluti, que más de un siglo después conserva el mismo arte en la confección del calzado.

zapateríaberlutiDesde su institución y sobre todo a partir de que Torello Berluti, hijo del fundador, crease el Espirit Berluti, atrayendo la atención de personajes como la cantante francesa Sascha Distel, Bernard Blier o el inolvidable Yul Brinner, tiene una reducida y muy exclusiva clientela amante de los zapatos. Incluso existe un club de propietarios de zapatos Berluti, integrado por personas de diferentes nacionalidades, que se reúnen anualmente en los mejores hoteles del mundo para limpiar sus Berluti con champán.

Tablinio, hijo de Torello, fue el encargado de continuar la tradición entre 1960 y 1980 lanzando a Berluti hacia el mayor reconocimiento internacional. Olga Berluti, que empezó en el negocio familiar en 1959, llevaba tiempo destacando por su estilo y los colores de sus diseños que se habían acabado convirtiendo en seña de la firma, hasta que en la década de los 80 se hizo cargo de la casa Berluti.

Desde entonces, la belleza clásica, la exquisitez, la exclusividad y originalidad de los zapatos de Berluti sitúan a esta casa italiana-parisina en lo más alto del mercado del calzado, donde sólo llegan unas pocas como John Lobb, Church’s, Allen-Edmonds o Ferragamo.

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