Belleza eterna

¿Se imaginan a una señora de ochenta años acudiendo a la consulta de un centro de estética? Pues no hay que imaginarlo, porque es una realidad y además cada vez más habitual. Según los datos aportados por los expertos en el “XXV Congreso Nacional de la Sociedad (SEME)”, en los últimos cinco años el número de visitas de mujeres de 80 años o más a los centros de estética ha crecido un 100%. En la mayoría de los casos (un 70%) estas mujeres acuden tras la recomendación de sus hijas, que ya han recibido alguno de estos tratamientos estéticos.

Según declaraciones de Concha Obregón, miembro del Comité Organizador del Congreso, recogidas por Europa Press, “Las expectativas de vida han aumentado en nuestra sociedad y nuestros mayores consideran cada vez más la importancia de mantener un equilibrio entre la salud y la belleza” y “Nuestras ancianas empiezan a considerar la importancia de retrasar su envejecimiento”. Entre este grupo de mujeres octogenarias  lo más habitual es la eliminación de manchas y los rellenos no permanentes. En este sentido, Jaime Tufet, otro de los miembros del Comité Organizador del Congreso, explica la importancia que para este fenómeno han tenido los avances tecnológicos, ya que “En los últimos cinco años hemos tenido en el sector un importante desarrollo tecnológico que ha hecho accesible y muy eficaz los tratamientos de rejuvenecimiento (nuevos láser, radiofrecuencia, etc.), así como nuevos productos químicos mucho más eficientes”, además de una mayor accesibilidad propiciada por el estado de bienestar.

Los cambios sociales y científicos están modificando tanto el modo en el que la sociedad ve a las personas mayores como la percepción que estos tienen de sí mismos, y como señala Tufet, “El hecho de que nuestros ancianos se preocupen por su aspecto y que puedan acceder a los tratamientos es un signo de madurez y de salud de nuestra sociedad.

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