Atracones navideños

La mesa se convierte en protagonista de estas fiestas: cenas y comidas copiosas con familiares y amigos en las que saciar el hambre parece ser lo de menos y los atracones están a la orden del día. Para evitar las sufridas dietas que suelen seguir a la Navidad, debemos tomar una serie de precauciones que no harán que disminuya un ápice el disfrute de estos días y nos ayudará a cuidar de nuestra salud.

Entre los consejos más repetidos por expertos llegadas estas fechas destacan el ingerir despacio los alimentos y caminar después de las comidas abundantes y pesadas para ayudar a nuestro organismo a hacer la digestión. Sin embargo, van más allá y si bien resaltan la importancia de no prohibirse ningún alimento, si limitar su consumo, sobre todo si se trata de grasas, alcohol y cafeína. Por tanto, la moderación debe presidir las comidas ya que, por otro lado, es la mejor manera de disfrutar de los sabores y olores que llevamos a nuestra boca.

Para compensar la cantidad de calorías que ‘engullimos’ en los días claves, hay que tratar el resto de días mantener el orden en las horas de las comidas y evitar picar entre horas. De hecho, mejor si esas jornadas en que no nos reunimos con amigos y familiares basamos nuestra alimentación en frutas, verduras, ensaladas y mucha agua. A la hora de proveernos de los imprescindibles dulces navideños calcularemos los justos y necesarios para que duren las fiestas, ni empezar antes ni continuar hasta el cambio de estación.

En cuanto al factor psicológico, y a pesar de que pueda parecer cruel, los endocrinos recomiendan acudir a esas comidas y cenas con ropa ceñida para que, si no podemos frenarnos nosotros mismos, sea el cinturón el que nos dé la voz de alarma de que hemos llegado al tope.

En definitiva, lo que se nos aconseja es control y mesura en la mesa, diferenciando bien entre el hambre físico y el emocional, y teniendo muy presente qué es lo verdaderamente importante en estas fiestas y que son los sentimientos los reales protagonistas de la Navidad.

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