Artrosis: El dolor de las articulaciones

Aunque sólo sea de oídas, casi todo el mundo sabe, aunque sólo sea de forma aproximada, lo que es la artrosis o al menos lo que esta enfermedad significa: que a uno le duelan las articulaciones de tal forma que dificulta nuestra movilidad. Siendo un poco más técnicos, diremos que se la artrosis es una enfermedad degenerativa, progresiva que afecta a las articulaciones, especialmente a aquellas que soportan mayor peso. Se produce por el desgaste del cartílago, un tejido que hace de amortiguador protegiendo los extremos de los huesos y que favorece el movimiento de la articulación. La artrosis puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, pero las más frecuentes se dan en la espalda (que suele afectar al cuello y la zona baja de la espalda), la cadera, la rodilla, y las manos, y pies, que suele iniciarse a partir de los 50 años.

De las diferentes patologías que afectan a las articulaciones del ser humano, ésta es la más frecuente, especialmente entre las mujeres de entre 55 y 60 años (por debajo de esta edad son los hombres los que más la sufren). En el desarrollo de la artrosis para nada influyen factores como el clima o la zona geográfica, sino que es una consecuencia de una serie de cambios biológicos, mecánicos, metabólicos, fisiológicos y patológicos que intervienen sobre las diferentes partes de la articulación. Unos cambios que sobre todo producen dolor, especialmente cuando nos movemos y calmándose con el reposo. También se presenta con una disminución de la movilidad y una rigidez por las mañanas que no suele prolongarse más de media hora. A simple vista se puede apreciar que las articulaciones presentan una deformidad y un mayor tamaño, e incluso escuchar un clásico chasquido al moverlas.

Además de considerar los datos clínicos que ya hemos descrito, la radiología es el mejor método para diagnosticar. Es importante localizar las lesiones articulares, pero también lo es conocer el grado de dolor y de incapacidad, conocer el entorno social del paciente (por ejemplo saber si tiene familiares a su cargo, el trabajo que desempeña, hábitos de vida…) Por lo que al tratamiento se refiere, hay que señalar que no existe un fármaco exclusivo, por lo que, bien el médico general o el especialista deberán establecer un tratamiento individualizado. En cualquier caso hay que tratar de hallar un equilibrio entre el reposo total y una actividad desmesurada, ya que tan perjudicial es una cosa como la otra. Además es importante evitar la obesidad y el exceso de peso, ya que con ello sobrecargamos las articulaciones.

Cómo disminuir el dolor

Además de mantenernos o alcanzar el peso adecuado y de desarrollar una actividad física moderada, hay otras pautas que pueden ayudar a paliar el dolor:

  • Caminar en llano (evitando ir cargado con peso) o montar en bicicleta (unos 10 ó 20 minutos) o nadar.
  • Utilizar un calzado cómodo.
  • Si utiliza bastón, hacerlo con el lado sano para ayudarse a caminar.
  • Dormir en una cama dura y sentarse en sillas con respaldo recto mejor que en sillones.
  • No mantener la misma postura ni estar de pie quieto durante mucho tiempo.
  • Utilizar el ascenso mejor que las escaleras.

No forzar las articulaciones, evitar los movimientos bruscos y tomar los analgésicos recetados por el médico cuando el dolor sea intenso.

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