Art à porter

Los aficionados al arte más puristas o snobs quizás consideren una ordinariez colgar en casa reproducciones de cuadros famosos, afiches publicitarios de época y otras obras que no sean estrictamente originales. El ensayista alemán Walter Benjamin ya habló en su día de la rebaja de entidad y “pérdida de aura” que padecía una pintura sometida a reproducción serial.

Sin embargo, son mayoría las personas que no pueden costearse piezas auténticas y que no se resignan a ver las suyas favoritas sólo en los museos. Y aunque sea aceptando que no se percibirán del mismo modo las texturas y volúmenes, la impresión estética de tener un paisaje de Turner en la alcoba o un retrato de Balthus en la biblioteca no ha de desdeñarse sin más. Y puede incluso proporcionarnos una sensación aproximada a la felicidad que sería tenerlos de verdad.

Tal vez sea el poder icónico de ciertas imágenes y la correspondiente insistencia en ellas la que las devalué y las haga parecer muy impersonales. Paradójicamente, por su excelencia, ciertos cuadros de Picasso, Van Gogh, Velázquez o Botticcelli, por ejemplo, han sido sobreexpuestos y quizás darles un lugar de relieve en nuestro hogar sea un pelín aparatoso.

No obstante, la historia de la pintura, la ilustración y las artes gráficas es extensísima y cuenta con miles de posibilidades insólitas y capaces de personalizar nuestras paredes, infundiéndoles el tono y ambiente que se nos antoje. Sólo hay que tener un poco de paciencia y saber dónde buscar.

Una web que podría satisfacer por sí sola las demandas más normales e incluso parte de las más exigentes es Art.com (y su versión castellanaAllposters.com). Su apartado de pintura convencional y contemporánea es de los más vastos de la red. Pero también se complementa con secciones de fotografía y hasta motivos para decorar la pared. Explorar el sitio entero puede proporcionarnos un buen divertimento, aunque no compremos nada.Poster Point es una buena alternativa, con un entorno muy navegable, que nos permite impresiones a distintos tamaños y soportes, enmarcarlos y hasta montarlos sobre una tabla. Sin embargo, su fondo es mucho más limitado.  Si en cambio lo nuestro son los héroes del celuloide y los carteles clásicos de cine, tampoco han de faltarnos las oportunidades.  Existen excelentes tiendas on-line de importación como Moviegoods o lugares en los que es posible conseguir originales,  como en Todocolección. También podemos visitar tiendas no virtuales. Cinemaspop, en Madrid, está orientada a material de los años 60 y 70 especialmente, y vende también todo tipo de fetiches para nostálgicos. Mientras, Verkerke, representación de la gran cadena holandesa en Barcelona, es un festín para los buscadores de postales, iconos y láminas de todo tipo, aunque con especial atención al séptimo arte y a las fotografías míticas.

Además, en los últimos años han aparecido varias franquicias, como The Art Print Gallery, que disponen también de marcos, lienzos y otros útiles para sacar partido a tus compras.

Aunque si lo que nos apetece de verdad es disfrutar un rato con el arte cartelista, lo mismo se trate de propaganda política o militar que de diseños galantes de marcas comerciales de principios de siglo, lo mejor será entrar en una página como Posterpage. Y decimos entrar, porque lo de salir, con las maravillas que guarda y las subastas que aloja, nunca se sabe.

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