Con esta crisis económica generalizada, España no se encuentra sola en la demora de la edad de jubilación. Incluso Suecia, país modelo donde los haya en cuestión de bienestar y derechos sociales, se plantea (de la mano de su primer ministro Fredrik Reinfeldt) retrasar la actual edad de jubilación que se establece a los 65 ampliable a los 67 años. La propuesta de Reinfeldt es que la vida laboral se prolongue hasta los 75 años, teniendo en cuenta entre otros factores el aumento de la esperanza de vida.

También la propia Unión Europea ha comenzado a aconsejar que se amplíe la edad de jubilación, en línea con la esperanza de vida, como una de las condiciones necesarias para garantizar la sostenibilidad de las pensiones. Por este motivo el ejecutivo de Bruselas pretende que se generen mejores oportunidades para los trabajadores de más edad, y para ello insta a los interlocutores sociales a adaptar los lugares de trabajo y las prácticas de los mercados laborales, y sugiere recurrir al fondo social europeo para que los trabajadores de más edad puedan acceder al empleo. Además, según la CE, los países miembros deberían restringir el acceso a la jubilación anticipada y eliminar las diferencias entre hombres y mujeres en materia de pensiones.

En este sentido el “Libro Blanco” de la Comisión Europea recomienda a España que desarrolle “medidas adicionales” para mejorar la formación continua de los trabajadores más mayores, al tiempo que le exhorta a aplicar las medidas previstas dentro de la reforma de las pensiones aprobada el pasado año.

El comisario de Empleo y Asuntos Sociales, László Andor ha explicado a través de un comunicado que con las medidas que se han adoptado hasta ahora las prestaciones de las pensiones serán más bajas para compensar con ello su mayor duración y el menor número de trabajadores para financiarlas. Por ello el “Libro Blanco” sobre las pensiones, el Ejecutivo comunitario recomienda constituir planes privados de jubilacióncomplementarios, y anima a los interlocutores sociales a crearlos y a los Estados miembros a mejorar los incentivos fiscales y de otros tipos, como adoptar medidas para mejorar la seguridad de las inversiones en planes de pensiones.

Las pensiones ya representan un porcentaje muy alto del gasto público europeo: una media del 10 % del PIB en la actualidad. En estos momentos los pensionistas constituyen ya el 14% de la población de la UE (120 millones), y se espera que en 2060 haya dos personas en edad de trabajar por cada ciudadano de sesenta y cinco años o más y que las pensiones entonces alcancen el 12,5 % del PIB.

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