Algo más que columpios

El ayuntamiento de Zaragoza cuenta con un programa de voluntariado en el que los mayores muestran a los escolares la naturaleza y la historia de los parques de la ciudad.

Entre los objetivos del Año Europeo del Envejecimiento Activo se encuentra el de mejorar las relaciones intergeneracionales, y pocos lugares hay como los parques en los que se relacionen generaciones distintas y sin embargo cada vez más vinculadas como las de los abuelos y los nietos.

Mayores y niños son los principales usuarios de parques y jardines. Los primeros porque encuentran en ellos un entorno tranquilo, poco agresivo, que facilita el contacto con otras personas, especialmente de su misma generación. Los pequeños porque pueden campar a sus anchas disfrutando de los amplios espacios. En Zaragoza unos y otros se dan cita nuevamente en los parques a través del programa Voluntariado en el Parque, una iniciativa que viene funcionando desde 2004 en la que voluntarios mayores dan a conocer más profundamente a los chavales los parques de la ciudad, sus rincones, explicar su historia, su entorno, su flora y su fauna.

El proyecto de Voluntariado en el Parque nació al cumplirse el 75º Aniversario del Parque Primo de Rivera (más conocido como el Parque Grande), y actualmente rebautizado como Parque José Antonio Labordeta. Hoy en día, gracias a la colaboración entre el Servicio de Educación, el Servicio de Parques y Jardines y la Oficina Técnica del Mayor del Ayuntamiento de Zaragoza, entre 13 y 15 voluntarios mayores, acompañados de otros tantos técnicos especialistas en educación ambiental que sirven de apoyo a estas visitas guiadas para los grupos escolares, son los encargados de mostrar, sea invierno o verano, los pequeños –o al menos los menos conocidos- detalles del Parque Grande. Para ello antes reciben una formación tanto teórica como práctica, que se va reforzando periódicamente. Así dos veces en semana, durante dos horas que dura cada visita.

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