Achaques simulados

La empatía, saber que otro nos comprende y se pone en nuestro lugar, es uno de los sentimientos que más reconfortan al ser humano, porque nos hace sentirnos comprendidos. Probablemente contribuir a lograr esta identificación no era el objetivo de los expertos que han diseñado un “traje-simulador’ capaz de hacer sentir las dificultades habituales de una persona mayor en su vida cotidiana, pero seguramente que en algo cambiará la forma en la que los profesionales que cuidan del bienestar de los mayores valoran a estos y a sus achaques.

Gracias a la labor desarrollada por el equipo de investigación entre los que se encuentran la doctora en Psicología, Teresa Gómez Carroza y la diplomada en Enfermería y alcaldesa de Santa Amalia (Palencia), Carmen Vallejo, durante los próximos seis meses profesionales de ámbitos como la enfermería y la geriatría, además de terapeutas ocupacionales, trabajadores de servicios de ayuda a domicilio y técnicos de ayuntamientos que se encargan del urbanismo y arquitectura de las ciudades, tendrán la oportunidad de, durante 30 minutos, colocarse este traje de seis kilos, un simulador de edad, y comprobar lo complicado que puede ser el día a día de los mayores con mermas tan habituales como son la dificultad de movimientos, el cansancio, problemas de visión y audición…

El traje está compuesto por un mono y un chaleco, además de diferentes complementos situados en piernas y espalda para dificultar la marcha por cansancio, además de coderas y rodilleras, un casco que distorsiona la visión, auriculares que limitan la audición y unos guantes para dificultar la aprehensión de objetos. Provistos con este ‘equipamiento’, los profesionales que participan en este proyecto deben realizar un recorrido en media hora, en ek que tendrán que subir y bajar escaleras, cruzar semáforos y leer algún cartel y documento escrito, además de agacharse, en condiciones similares a las de muchos mayores. Después contestarán a un cuestionario sobre la experiencia, y sensibilizar así a grupos específicos respecto a las limitaciones y discapacidades originadas por el envejecimiento.

Además de sensibilizar a los profesionales sobre los problemas de los mayores, este proyecto, promovido por la Universidad de Extremadura en colaboración con el centro especializado Am Oscerholz, de Stockach (Alemania), quiere reconocer qué problemas puede haber en función de la edad y detectar las diferentes limitaciones motoras, visuales y auditivas, los diversos síndromes asociados al envejecimiento y establecer los recursos y medidas de accesibilidad que pueden paliar estas limitaciones.

Si vemos el vídeo de la presentación, el proyecto nos puede resultar un tanto rocambolesco, sin embargo, es conveniente ser conscientes de cómo las tareas más difíciles pueden convertirse en una ardua tarea. Tal vez así todos seamos más comprensivos y solidarios.

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