Llega el frío y con él los resfriados y la gripe y somos, precisamente, los mayores junto con los niños los que más riesgo tenemos de ponernos malos. Por eso, debemos tener más cuidado y tomar todas las precauciones que podamos para prevenirlo.
Hoy, en el día mundial contra la neumonía, queremos hacer especial hincapié en esta infección del pulmón que se caracteriza por la multiplicación de microorganismos en el interior de los alvéolos y que provoca una inflamación con daño pulmonar. Se desarrolla cuando un germen infeccioso invade el tejido pulmonar, algo que puede suceder por aspiración desde la nariz, por inhalación o directamente por vía sanguínea.
Y aunque todo el mundo puede ser contagiado, lo cierto es que los mayores de 65 años multiplicamos el riesgo, ya que si entre adultos, lo normal es que unos 5 de cada mil puedan contraer neumonía, entre los mayores de 65 la cifra aumenta hasta 30 de cada mil. Además, las personas con trasplantes, los que reciben quimioterapia o los que tienen enfermedades crónicas también son más proclives.
Lo más recomendable para prevenir el contagio de una neumonía es que se tomen las siguientes medidas:
- Lavarse las manos con frecuencia (en especial después de sonarse la nariz, antes de comer o preparar alimentos, etc.)
- En la medida de lo posible, utilizar nuestros propios vasos y cubiertos, al menos durante estos meses de más frio.
- Intentar no estar en lugares muy cargados, con muchas personas y con poca ventilación.
- Evitar estar expuestos al humo del tabaco.
- Abrigarnos adecuadamente antes de salir a la calle.
- Ventilar la casa cuando nos levantamos por la mañana.
- No estar con personas que estén ya resfriadas o con gripe y nos puedan contagiar, a no ser que sea necesario.
Si aún así, notamos síntomas como malestar general, dolores musculares y de cabeza, tos seca, fiebre, dolor en el tórax, agotamiento e, incluso, nos sentimos confundidos y perdidos debemos acudir al médico lo antes posible para que, tras realizarnos unas pruebas (radiografía de tórax, etc.) pueda diagnosticar si tenemos neumonía y así poner las medidas necesarias cuanto antes.
¡El otoño es maravilloso! Y aún podemos disfrutar de estupendos días de sol que nos alegran la vida, pero siempre con cuidado de no coger frío… los resfriados de ahora nos suelen acompañar todo el invierno y si es una neumonía, la recuperación es mucho más complicada.
