Es la cuna del Cristianismo y por ello el lugar por excelencia para vivir una Navidad cargada de tintes religiosos. Unas 15 mil personas visitan Jerusalén en esta época del año y no es de extrañar si tenemos en cuenta el verdadero significado de estos días. Si vas a esta ciudad no puedes dejar de visitar la Plaza del Pesebre donde se encuentra la Basílica de la Natividad, la iglesia más antigua del mundo. Otro lugar emblemático es el Campo de los Pastores, donde se anunció el nacimiento de Jesús o la Iglesia de Santa Catalina, donde ya es cita obligada la misa del gallo, la noche del 24 de diciembre.

Si imaginamos un lugar típico de cuento, con casitas de madera, montañas nevadas, renos, trineos y el mismísimo Papá Noel, el destino es Rovaniemi, la capital de Laponia. Allí, además de encontrar todo esto, no podemos dejar de ver su fábrica de juguetes o la mítica oficina de correos donde los niños de todo el mundo envían sus cartas a Santa Claus, quien, por cierto, está encantado de saludar a los turistas que deseen acercarse a verle.

Y de uno de los lugares más fríos del mundo (Laponia está en el Polo Norte) nos vamos a la capital australiana, donde se viven unas navidades bañadas de sol y de altas temperaturas. Y si hay una parada obligatoria en este lugar de Oceanía esa es la bahía de Sydney donde celebran estas fiestas con fuegos artificiales, fiestas en las playas y barbacoas que duran hasta altas horas de la madrugada. Por cierto, que como curiosidad, como Papá Noel no llega hasta Australia porque sus renos no se adaptan muy bien a las altas temperaturas de esta ciudad, cuentan con un especial personaje conocido como Swag Man, vestido con una camisa de tirantes azul, un pantalón corto y un sombrero y que se encarga de repartir los regalos a los niños.

Un lugar para el ocio y el entretenimiento y para vivir estos días con recogimiento, y es que esta ciudad suiza ofrece una rica oferta que va desde visitar espectaculares nacimientos hasta disfrutar de sus famosos mercadillos navideños como el de Christkindlimarkt, situado en el interior de la estación de tren. Óperas, concierto, o una gran variedad gastronómica son algunas de las actividades preferidas por turistas de todo el mundo cuando visitan Zurich y, por supuesto, para los amantes del deporte, es esquí es el rey en este lugar.

Esta ciudad, capital de la República de Estonia, parece una postal típica de Navidad gracias a sus preciosas casas, sus calles nevadas, su castillo medieval y, por supuesto, sus plazas y mercadillos. Tallín ha sido, además, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Se trata de una ciudad romántica, con tradición navideña y el encanto de sus conocidos mercadillos. En estas fechas se caractriza por su dulce olor a ponche, almendras garrapiñadas y manzanas asadas. Y, sin duda, lo más famoso de esta ciudad austriaca son los tradicionales pasacalles de Krampus y Percaten, un desfile de hombres y mujeres disfrazados con máscaras, cuernos, pieles de cabra, etc. que evocan a la diosa de los Alpes Percha y que asustan a los visitantes y autóctonos, sin embargo, dicen los austriacos que aquel que es tocado por ellos, tendrá suert por una larga temporada.