Temporada alta de cacos

La Policía advierte sobre el peligro de que nos roben en la calle, comercios, bares o en nuestra propia casa y nos facilita algunos consejos que nos pueden ser muy útiles
Entre el miedo constante y la despreocupación, la precaución es la mejor de las opciones. En verano todos nos vamos de vacaciones, sin embrago, para los ladrones se ha convertido en la época de mayor ajetreo. Os damos algunos consejos, que la Policía está promoviendo,  para incrementar la seguridad y prevenir los robos:

Ventanas y puertas de acceso. En primer lugar, nos aconsejan cerciorarnos de que las ventanas y puertas de acceso a la vivienda queden perfectamente cerradas, cada vez que salgamos de casa y, más aún si nos vamos fuera de la ciudad. Especialmente, en este caso, debemos aparentar que la casa estará habitada durante el verano, de que no se queda vacía. Por tanto, se aconseja no bajar del todo las persianas e instalar un reloj programable para que se enciendan y apaguen las luces.

En cuanto a los objetos de valor y joyas, no los esconda en sitios insospechados, los ladrones son los primeros en pensar en esos mismos sitios. Se aconseja hacer un inventario que incluya los números de serie de fabricación de determinados aparatos, marca y modelo. También se puede hacer una fotografía de los objetos más valiosos que poseamos y a ser posible, guardarlos en una caja de seguridad. Será la mejor medida que pueda tomar para evitar el robo y recuperarlos con más facilidad, evitando su comercialización gracias a estas señales personalizadas.

Es importante, no pregonar nuestras vacaciones en sitios públicos; esto es, no cuente sus planes de veraneo a personas ajenas o fuera del círculo de amistades íntimas.
Pero no sólo hay que tener cuidado en casa; las calles y comercios de cualquier destino turístico están llenas de cacos al acecho para lograr su botín. Debemos estar alerta, pendientes de nuestros bolsos y carteras y de los comportamientos sospechosos de otros viandantes, sobre todo, de los pedigüeños y vendedores que hay por la calle que puedan tratar de despistarnos.

Los carteristas ‘profesionales’ pueden sorprendernos tanto en plena calle como en cualquier espacio de ocio, ya que las aglomeraciones se convierten en su mayor aliado. En estos sitios en los que se debe vigilar más los objetos que llevemos encima y tratar de no acudir a un cajero.

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