Los enfrentamientos laborales entre la dirección y los empleados de Royal Mail, la empresa estatal que gestiona el correo en Reino Unido, ha puesto de relieve la fama, más o menos merecida, de nuestras costumbres y hábitos en el mundo. Todo comenzó cuando uno de los directivos de la empresa acusó públicamente a sus trabajadores de holgazanes e intentar escaquearse durante sus jornadas. El resultado: huelgas, negociaciones, y que todos conociéramos lo que los ingleses denominan las ‘spanish practices‘.
Estas prácticas españolas no son más que malos hábitos y vicios laborales, en este caso, fuente del conflicto ya que, según la dirección, ha empeorado el cumplimiento de sus funciones y, según los trabajadores, sólo supone la defensa de sus derechos como empleados y no esclavos de Royal Mail.
En concreto, se han detectado hasta 92 prácticas españolas como: hacer tiempo cuando se completan las entregas del día hasta que llegue la hora oficial del fin de las jornadas; exigir pagas extras en Navidad, sin necesidad de realizar más horas de trabajo; ayudas por trabajar con el vehículo particular; días libres cuando algún compañero falta al trabajo, o, descansos para comer, tomar el café y para realizar recados personales.
Parece ser, que este tipo de prácticas eran comunes en la década de los sesenta, pero fueron erradicadas. ¿Por qué han vuelto a surgir? Según los carteros ingleses, por las duras condiciones en las que trabajan y las pocas ayudas que reciben.
Independientemente de este caso puntual, la fama española de vagos y nuestro gusto por el escaqueo parece institucionalizado, ¿justo?