Objetores de conciencia

En el servicio militar obligatorio el derecho de la objeción de conciencia fue el supuesto al que más personas se acogían para evitar hacer la Mili. La nueva realidad social muestra sus múltiples variables. La objeción de conciencia, definida como un derecho subjetivo a resistir los mandatos de la autoridad cuando contradicen los principios emanados del Derecho natural, vuelve a estar en boga a raíz de la nueva política educativa y los debates éticos abiertos en relación con el aborto y la eutanasia.

La inclusión en los planes educativos del Gobierno de una nueva asignatura, que suple a la Religión, bajo el nombre de Educación para la Ciudadanía ha desatado la polémica. El curso recién iniciado estrena dicha materia y miles de familias en diferentes Comunidades Autónomas han reclamado y se han acogido a su derecho a la objeción de conciencia. Tanto es así, que se ha creado un Observatorio para la Objeción de Conciencia con el fin de asesorar y facilitar los trámites a quienes no quieran que sus hijos cursen esta asignatura.

Pero éste no es ni mucho menos el único asunto en el que la Objeción de Conciencia se encuentra en boca de muchos. El anuncio del Gobierno de modificar la actual Ley del Aborto y las insinuaciones sobre matar (lo que algunos denominan de manera “digna”) a ciertos enfermos no sólo ha abierto un debate ético en la población, también en la profesión médica sobre la libertad para acogerse a su derecho de objetar y defender el derecho a la vida.

Sin embargo, no todos los ordenamientos reconocen este derecho y los que lo hacen limitan lo ámbitos a los que se puede aplicar, generalmente en relación con el servicio militar, el aborto y algunas leyes referidas a la libertad religiosa. Veamos en qué queda…

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