Mayores en acción

Los primeros aparecieron, junto a otras muchas personas, con el 15-M y sus manifestaciones. Desde entonces los llamados ‘yayoflautas’ han cobrado identidad propia como colectivo. Encontramos grupos de ellos en Mallorca, Madrid, Barcelona, Valencia… Entre sus últimas incorporaciones están Yayoflutas de Málaga, que celebrarán su primera asamblea el próximo 20 de febrero.

Estos mayores indignados decididos a mantener para sus hijos y nietos los derechos de un Estado de bienestar por los que lucharon y consiguieron ya décadas atrás, ahora han vuelto, cuando ya superan la etapa de la madurez, a la lucha social encerrándose en sucursales bancarias para exigir la paralización de desahucios, parapetándose en ambulatorios en defensa de la sanidad pública e incluso se han manifestado frente a las puertas del Ministerio de Justicia para pedir al titular de esta institución, Alberto Ruiz-Gallardón, la retirada de la reforma del Código Penal al considerar que en él “se criminalizan acciones, como la resistencia pacífica, por las que han luchado durante años”.

Ya son más de 1.100 los mayores comprometidos en la defensa de los derechos sociales, estructurados en asambleas donde deciden qué acciones van a llevar a cabo. Su filosofía es la de que debe cambiar la democracia para acercarse realmente a los ciudadanos. En los inicios de este grupo apenas eran 17 jubilados, antiguos sindicalistas, políticos de izquierdas o simplemente antaño vinculados al partido comunista. Pero conforme ha ido creciendo los nuevos miembros responden a un perfil mucho más amplio recogiendo una amplia diversidad ideológica, como señalan en su web al declararse “independientes de cualquier otra organización social, política o religiosa”. En su ideario, además de remarcar su crítica al actual sistema, al que consideran insolidario e insostenible, destacan que su lucha por las libertades, logros sociales y los derechos colectivos la llevan a cabo con “métodos no violentos”, “buscando alternativas hacia una sociedad más justa, solidaria y respetuosa con el medio ambiente” y con “la voluntad de apoyar a otros movimientos juveniles, sociales, vecinales, etc. cuyas causas nos parezcan justas”.

Más allá de si se está en sintonía o no con su ideario o con sus acciones, queda claro que hay ocasiones en los que los años dan fuerza y que más allá de la madurez, de la jubilación y de las pensiones hay una vida activa dentro de la sociedad.

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