Los refugiados son seres humanos

El número de personas desplazadas por las guerras y los conflictos sigue en aumento. En 2014 la cifra ascendía a más de 51 millones de personas que huían de sus casas con lo poco que tenían para aventurarse en un futuro incierto que, suponían, sería mejor que lo que dejaban. Se trata de la cifra más alta desde la Segunda Guerra Mundial.

En los últimos meses, el mundo se tambalea ante la brutalidad de la guerra en Siria, que ha obligado a escapar de allí a casi el 25% de su población. Se trata de uno de los mayores éxodos de la historia. Unos 6 mil sirios huyen de su país todos los días. Muchos mueren, pero prefieren jugarse su vida y la de sus hijos a caer en manos de crueles asesinos.

Casi 200 mil personas llegaron el año pasado a Europa después de embarcarse en peligrosas travesías para cruzar el mar Mediterráneo. Más de 3.500 murieron en el intento de llegar a un mundo mejor. Desgraciadamente, cada día recibimos noticias de naufragios. Gente que lo único que quiere es tener una vida digna y que sus hijos puedan crecer como lo hacen los nuestros.

Siria, Afganistán, Somalia, Sudán, El Congo, Birmania, Irak… no importa el origen, lo horrible es que en pleno siglo XXI haya personas que se vean obligadas a escapar de su país, de su casa, porque son perseguidos por pensar diferente, por tener unas creencias distintas, por pertenecer a un grupo social determinado o por mostrar una opinión política que no es la misma que la de los que imponen el miedo.

Pero hay algo peor: que el resto del mundo permanece quieto. Nadie se mueve ante el horror. Ningún país ni mandatario se atreve a tomar cartas en el asunto mientras miles de niños y adultos se dejan la vida cada día buscando una mejor.

No puede ser que miremos las noticias en la tele como quien ve una película. Hoy es África, el Sudeste Asiático u Oriente Próximo pero mañana serán otros y pasado podemos ser nosotros. Nadie está a salvo de esta sinrazón. Pero sobre todo, no es justo que haya gente que tenga que sufrir tanto mientras el resto estamos mudos, sordos y ciegos ante su dolor.

Hoy es el Día Mundial de los Refugiados. Ojalá pronto todos los países abran sus puertas para tender a una mano a estas familias cuya esperanza de ser acogidos en otros países es más fuerte que el miedo a morir en el intento. Ojalá dejemos a un lado los prejuicios y ayudemos como podamos a estas miles de personas que sólo buscan salvar su vida y la de sus familias. Ojalá no hablásemos de refugiados sino de seres humanos…

Foto: Google Imágenes

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