Estos días se ha celebrado en Uruguay el II Encuentro Iberoamericano sobre la situación de los Adultos Mayores, unas jornadas, surgidas de los acuerdos de las dos últimas Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno, en las que se busca mejorar la atención a las necesidades de las personas mayores en todos los países miembros, en coordinación con la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS).
Los participantes han coincidido en al considerar que el envejecimiento de la población debe ser considerado como uno de los ejes fundamentales de las políticas públicas, para lo que es imprescindible conocer y mejorar la situación de este colectivo en los países de la Comunidad Iberoamericana y tener en cuenta el capital humano de las personas adultas mayores, que no sólo deben ser considerados como sujetos de atención, sino como protagonistas del desarrollo social, para lo que se hace necesario escuchar a los protagonistas, los mayores, y abordar el trabajo, como señaló elsecretario general de la OISS, Adolfo Jiménez, desde una visión integral, y desarrollar dispositivos de protección social y de atención de las situaciones de dependencia. Entre los diferentes temas que se han debatido destacan algunos como La Cooperación con Iberoamérica: Programa Iberoamericano del Adulto Mayor; la Seguridad Económica de los Adultos Mayores; Protección de los Derechos de los Mayores; Sistema de cuidados de Uruguay para los Adultos Mayores; la cobertura de las necesidades de Salud de los Adultos Mayores en Iberoamerica; los Servicios Sociales en la promoción de la autonomía personal y el envejecimiento activo; Genero y envejecimiento; la Participación de los Adultos Mayores: Representación Social y Empoderamiento.
Ya en la última jornada ha participado la secretaria general de Política social y Consumo, Isabel Martínez Lozano, en cuya intervención ha explicado que la intención de España es “poner a disposición de todos nuestra experiencia en desarrollo de estudios y programas, y en la articulación de sistemas de protección, asistencia y promoción de las personas mayores”, aunque, como ha señalado, a la hora de desarrollar estos proyectos sostenibles de protección de los derechos de la personas, hay que tener en cuenta las particularidades nacionales. En cualquier caso, Martínez Lozano ha insistido en que “la protección a las personas mayores porque resulta beneficiosa en términos de cohesión social, porque estrecha los vínculos entre personas y porque puede constituir un eficaz mecanismo de progreso y equidad, positivo para la sociedad en su conjunto”, y ha manifestado el propósito de apoyar decididamente, a través del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), este programa al que considera “un hito importantísimo no sólo para la mejora de las condiciones de vida de las personas adultas mayores, sino para toda la comunidad iberoamericana y las sociedades que la integran”.
