La publicidad en televisión

¿Cuántas veces has deseado que los interminables descansos publicitarios en televisión desaparecieran? Es una de las eternas promesas electorales de uno y otro partido, pero llegada la hora de la verdad, nunca se cumplen. Ahora, el presidente de Francia, Nicolas Sarcozy, propone acabar con la principal fuente de ingresos de las televisiones públicas a través de la creación de un impuesto que se hiciese cargo de la financiación. ¿Podría aplicarse ese modelo en nuestro país?

En Europa existen dos formas de financiación de la televisión estatal. Una la de la británica, BBC –también aplicado en los países nórdicos-, que pagan los propios ciudadanos solo por tener un televisor en casa. Supone el pago obligatorio de unos 15 euros al mes. El resto de países europeos, como Francia o España, viven de la venta de espacio para publicitarse. No obstante, Francia, además, incluye un canon de más de cien euros a los que, de establecerse la nueva norma, se sumaría un nuevo impuesto.

Según la normativa europea, las televisiones públicas pueden dedicar el 15% de su tiempo de emisión a la publicidad, algo que, por otro lado en España, pocas veces se ha cumplido, motivo por el que la UE ha multado a nuestros medios en varias ocasiones. Ésta cifra se redujo ‘formalmente’ hasta el 9%, favoreciendo a las privadas que ven crecer sus ingresos de la publicidad que deja de emitirse en las 14 cadenas públicas que hay en estos momentos en España.

¿Cuál sería entonces la solución? ¿Apostar por una televisión pública sin publicidad a costa de nuevos impuestos o continuar con este sistema que satura la fidelidad de los telespectadores? ¿Si lo pagásemos los contribuyentes supondría una mejora en la calidad de sus espacios? Esto sería otro debate, otra historia…

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