Puede que el de la invención técnica y científica no sea el campo en el que más hemos brillado los españoles a lo largo de la historia, pero eso no quiere decir que unos cuantos no hayan hecho sus propuestas más o menos útiles para la vida del resto de la humanidad. La fregona se lleva la palma entre los inventos nacionales más famosos y prácticos, cambiando y mejorando la vida de millones de amas de casa; y el chupa-chups, nuestra golosina por excelencia, que este año cumple 50 años, tampoco se queda atrás.
Pero, ¿sabías que la grapadora y el afilalápices también son españoles? Una empresa armamentística de Eibar, en plena crisis de producción en 1929 se lanzó a la creación de estas armas de papelería. Primero, la grapadora, diseñada por Juan Solozábal y Juan Olive y ya en 1945, el afilalápices, creado por Ignacio Urresti.
Tampoco es de extrañar que, objetos imprescindibles de algunas de las costumbres tradicionales más arraigadas de nuestra cultura sean productos nacionales, como la bota, el porrón o la guitarra. Menos claro estaría decir que el submarino es nuestro. Sin embargo, aunque los primeros diseños datan del siglo XVIII, fueron los avances científicos de españoles los que posibilitaron su funcionamiento real, especialmente la aportación de Isaac Peral.
El autogiro de Juan de la Cierva es otro de los grandes inventos made in Spain, y, puede que no tan grande, también, el genuino cigarrillo, esto es, la manera en que se envuelven las hojas de tabaco y su nombre, que se adjudica a mendigos sevillanos de principios del siglo XVI. Y en un aspecto más lúdico, el futbolín y el mus también son inventos españoles.
