Es una de las realidades incómodas, y obviadas, que está dejando en nuestro país la crisis económica. Cada día, centenares de personas se acercan a última hora del día a la puerta de los supermercados a la espera de poder llevarse a casa todos los alimentos que, por su próxima caducidad, desechan estos establecimientos. Si bien, esto ya se estaba produciendo mucho antes de que llegase la crisis económica, el número de personas que acuden y su status social se amplía.
En las Islas Canarias, el Gobierno insular ha decidido, en favor de la dignidad y necesidades de sus ciudadanos, convertir este hecho inevitable en una acción organizada. Así, de acuerdo con la Asociación de Supermercados de Canarias (Asuican), estos establecimientos reparten los alimentos sobrantes entre las personas que más lo necesiten, el mismo día o el día después de que sean retirados de los expositores.
Estos productos, que se distribuirán entre las familias en situación de emergencia, habrán superado su fecha de consumo preferente, pero no estarán caducados, por lo tanto se pueden consumir aunque ya nos e vayan a comercializar. Los criterios que determinarán el reparto serán establecidos por la Consejería de Bienestar Social. Desde el gabinete esperan que los hipermercados se adhieran a esta iniciativa, que pretende llegar a todas las islas.
La puesta en marcha de esta iniciativa no es más que un ejemplo de respuestas a la crisis, no para solucionarla, aunque sí para apoyar a quienes más la están sufriendo.
