Cada mes de octubre conocemos quienes son los ‘elegidos’ para los Premios Nobel, el mayor reconocimiento que puede recibir un literato, científico, político o personaje de relevancia internacional, a toda una carrera o aportación fundamental a la Historia de la Humanidad. Sin embargo, poco se sabe, por ejemplo, de las normas y requisitos para que alguien sea elegido, por qué algunos lo han rechazado y cómo, otros, supieron que eran los premiados.
Entre los más sonados ‘rechazos’ al Nobel, destacan el del escritor ruso Boris Pasternak en 1958, por presiones políticas de su país; y el de Jean-Paul Sartre quien cumplió a rajatabla su política de no aceptar ningún tipo de galardón oficial y no sucumbió al Nobel de Literatura que se le concedió en 1964.
Para otros, que sí lo aceptaron y recogieron en su momento, el Premio les pesó negativamente debido a las grandes críticas que suscitaron poniendo en entredicho el valor del galardón. Una de las ediciones más polémicas, en este sentido, fue la del 2001, en la que Kofi Annan fue el galardonado con el Nobel de la Paz en medio de las críticas a la actuación de las Naciones Unidas, organismo del que era secretario general, en las guerras de la entonces Yugoslavia y Ruanda.
Tampoco tuvieron una buena acogida la elección, en 1973, de Henry Kissinger, secretario de Estado de EEUU, y en el vietnamita Le Duc Tho, uno de los fundadores del Partido Comunista de Indochina y organizador de las fuerzas del Viet Minh, como Nobel de la Paz.
Recuerdos más amables, el piloto de un vuelo Moscú-Nueva York fue el encargado de comunicar a uno de sus pasajeros, Richard Ernst, que era el nuevo Nobel de Química, en 1991. Robert C. Richardson, Nobel de Física 1996, despertó a su mujer de madrugada después de que le llamaran para informarle de su elección, al pensar que se trataba de una broma de sus amigos.
Finalmente, entre las reglas de la organización de los premios encontramos una especialmente curiosa, ya que, aunque todos los años se dan a conocer los nombres de los ganadores en las diferentes categorías, no sabemos quiénes optaban al Nobel y se quedaron en el camino. La razón es que deben transcurrir al menos cincuenta años para darse a conocer esos nombres. Es ahora cuando sabemos que Stalin optó dos veces al Nobel de la Paz, y Gandhi cinco veces, aunque, merecida o inmerecidamente, ninguno lo logró.