Europa respalda a los mayores

El propósito de esta medida es el de incrementar la conciencia pública sobre la importancia de mantenerse activos en la Tercera Edad y sobre los desafíos que supone el envejecimiento poblacional, al tiempo que se quiere alentar a los Gobiernos a impulsar acciones que favorezcan estas cuestiones.

Tras la votación en la Eurocámara, que ha contado con un voto positivo en pleno, el siguiente paso es que los ministros de Empleo y Asuntos Sociales de la UE aprueben la designación en su próxima reunión.

De desarrollarse este proyecto, a lo largo del 2012 se realizarán actividades didácticas, culturales y lúdicas en los diferentes Estados miembros para marcar el Año Europeo, específicamente dirigidas a fomentar el envejecimiento activo. Según ha manifestado el comisario de Empleo y Asuntos Sociales, László Andor, este Año Europeo para el Envejecimiento Activo y la Solidaridad entre generaciones “ayudará a cambiar la manera en que vemos y gestionamos el futuro de nuestras sociedades que envejecen”. Además, en opinión de Andor, es necesario impulsar “acciones” en el ámbito del empleo, la protección social, educación y formación, salud y servicios sociales, así como en materia de vivienda e infraestructura pública para “eliminar los obstáculos que impiden que la gente realice su potencial plenamente según van envejeciendo”.

Los objetivos y resultados de los proyectos de envejecimiento activo financiados bajo las líneas del presupuesto y de los programas existentes serán presentados en una página web europea, que será el sitio de Internet para el Año Europeo y servirá también como herramienta para la monitorización y la evaluación.

Se debe tener presente que la Unión Europea está sufriendo un proceso de envejecimiento significativo de su población, ya que desde 1960 la esperanza de vida ha aumentado en ocho años y las proyecciones demográficas esperan un aumento de cinco años más durante los próximos cuarenta años. De hecho, a partir del 2012 la población de más de 60 años seguirá aumentando en cerca de dos millones de personas al año. Esto supone un importante incremento de la presión sobre los presupuestos públicos y los sistemas de pensiones, así como en la dotación de personal de los servicios sociales y atención a las personas mayores, pero no hay que dejar que esto oculte beneficios como la contribución que los mayores pueden aportar a la sociedad.

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