El resurgir de la Ruta de la Seda

Siguiendo los pasos de Marco Polo y bastantes siglos después, en unos meses transitar la Ruta de la Seda puede volver a ser posible. Esta histórica vía era una red de rutas comerciales entre Asia y Europa que se extendía desde la actual Xian (China), Antioquía en Siria y Constantinopla, ahora Estambul, (Turquía) a las puertas de Europa. Un acuerdo entre China y otros siete países del interior de Asia Central pretende hacer resurgir esta ruta llena de la Historia de diferentes culturas.

Los intercambios comerciales entre el gigante asiático y Europa se realizan en la actualidad, en su mayoría, por zonas por los que en otro tiempo discurría la Ruta de la Seda. El objetivo es recuperarlas y mejorarlas hasta conseguir que alcance el mismo esplendor que ya tuviera la original.

Sin embargo, este nuevo proyecto no seguirá el mismo trazado de la antigua Ruta de la Seda sino que se desarrollarán seis rutas que permitan comunicar Europa y Asia de este a oeste y de norte a sur. Aunque recorrerán casi toda Asia, el camino en el lado del Viejo Continente terminará en Turquía, por el sur, y en Rusia, por el norte.

Y para que pronto esto sea una realidad, la inversión en transporte por ferrocarril y carretera en Afganistán, Azerbaiyán, China, Kazajstán, Kirguizistán, Mongolia, Tayikistán y Uzbekistán podría comenzar en 2008 y concluir en un plazo de diez años, en los que se verán, aunque sea sólo comercialmente, unidos a países completamente dispares ideológica y políticamente.

Este programa cuenta además con el apoyo de seis instituciones multilaterales encabezadas por el Banco Asiático de Desarrollo, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, el Banco Islámico para el Desarrollo, el FMI, el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas y el Banco Mundial.

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