Lo cierto, es que los mayores de entre 50 y 75 años hemos mejorado nuestro estatus económico en los últimos años en comparación con otros grupos de población hasta convertirnos en el grupo con mayor poder adquisitivo.
Los mayores europeos cobramos una media de 20.400 euros al año, lo que supone un 12% más que la media de la población. Esto no quiere decir, ni mucho menos, que seamos los ”nuevos ricos”, simplemente es un reflejo de lo mal que está el panorama económico para los más jóvenes.
Por eso, los que ya hemos cumplido los 50 años, en general, pensamos que envejecemos bien: el 87% cree que tiene una buena salud, el 66% considera que suele estar bien rodeado de sus allegados y un 63% afirma tener una buena situación financiera.
No es de extrañar, por tanto, que muchas las empresas de todo tipo hayan identificado a los mayores de 50 como su público objetivo y empiecen a vernos como un ”codiciado objeto de deseo”, ya que si investigan un poco, pueden apreciar que compramos con mucha más frecuencia que los jóvenes, no nos interesan las grandes promociones sino que buscamos aquello que necesitamos o que queremos en cada momento y, eso sí, exigimos resultados mucho más rápidos y efectivos en los productos. En resumen, no somos un target muy complicado, pero nos gusta que nos mimen especialmente.
Esto se debe, en gran parte, a que los mayores solemos estar libres de cargas como la hipoteca o el cuidado de nuestros hijos, por lo que el dinero que nos queda, proveniente de nuestros ahorros y de nuestras pensiones, podemos emplearlo en lo que nos apetezca y no sólo en obligaciones como nos sucedía años atrás o les pasa ahora a nuestros hijos. Además, disfrutamos de una vida social mucho más activa y con mucho más tiempo disponible que el resto de los europeos de entre 35 y 49 años.
Está claro que en nuestro caso se cumple eso de que los 50, es la edad joven de la madurez.
