Todos cumplimos años y el que no lo haga, ya sabe lo que le espera. El paso del tiempo no tiene piedad con nadie, por eso es importante saber llevarlo de la mejor manera posible.
El físico envejece, eso es indiscutible. Con los años nos salen arrugas, canas y hasta nos cambia el cuerpo. Cada década tiene sus cosas, pero hay que aprender a apreciar las que son maravillosas.
Hay cosas contra las que no podemos luchar como son los cambios físicos, pero sí podemos mejorar. Hacer ejercicio, comer bien, teñirse el pelo, vestirse con ropa que nos favorece según nuestra talla y nuestra complexión, utilizar accesorios que rejuvenecen, etc. son sólo algunas medidas a tomar para no envejecer por fuera tan drásticamente.
El físico es importante, desde luego porque es uno de los factores que nos hace sentirnos bien, pero que nuestra cabeza no envejezca y se sienta joven, hará que el resto de nuestro cuerpo vaya en sintonía.
Son muchos los ejemplos de mayores que practican deportes de élite en la edad madura, los hay que son músicos de éxito, actores reconocidos, cocineros televisivos, presentadores insustituibles, abuelos entregados y amorosos… y todos ellos, son ejemplo para el resto del mundo.
Unos tienen una mayor repercusión mediática puesto que son estrellas del papel cuché y otros simplemente son conocidos y admirados por sus vecinos o por su familia, pero a todos les une lo mismo: las ganas, la fuerza, la entrega, la generosidad y el cariño a los demás.
Sentirse bien por fuera y por dentro nos hace sentir jóvenes y eso es realmente lo importante. Los años pesan menos cuando los llevamos con alegría, estamos en forma y nuestro pensamiento es positivo.
No hay que ver la vejez como una etapa en la que nos salen arrugas y canas, sino como un momento de esplendor, de disfrute, de hacer lo que realmente nos gusta y con las personas que queremos.
La edad no importa cuando se tienen ganas de hacer cosas, de aprender, de ayudar o de amar. Por eso hay que negarse a envejecer, ¡pero no a cumplir años! Sino a estancarnos, a quedarnos en cada, a aislarnos. Hay que ser joven de mente y de espíritu, lo demás es puro accesorio.
