6 beneficios de practicar la natación en la edad adulta

Estamos en pleno invierno y con esta ola de frío apetece poco ponerse el traje de baño, sin embargo, la natación no es un deporte exclusivo del verano y los mayores deberíamos mentalizarnos y practicarlo con cierta frecuencia en el resto de estaciones, ya que los beneficios que nos aporta son infinitos.

Lo ideal es que si hemos decidido apuntarnos a una piscina climatizada durante los meses más fríos, aprovechemos alguno de los cursos que imparten los monitores en estos centros, ya que con su ayuda, el ejercicio que hagamos será mucho más efectivo y evitaremos cualquier riesgo o lesión. Además, con un poco de suerte, podemos incluso coincidir en horario con alguno de nuestros nietos que empieza a dar sus primeros pasos en el mundo acuático.

Estos son algunos de los beneficios que nos aporta la natación en la edad adulta:

  1. Disminuye el estrés y la tensión: hacer ejercicio siempre es bueno, pero la natación es uno de los deportes más completos, hace que ejercitemos nuestro cuerpo a la vez que nuestra mente desconecta de los problemas cotidianos, lo que nos libera del estrés y elimina la tensión que acumulamos en el día a día. Además, nadar con cierta frecuencia hace que nos resulte más fácil conciliar el sueño porque liberamos la tensión nerviosa y, por tanto, recuperamos energía y el estado de ánimo positivo.
  2. Fortalece el sistema respiratorio: con una simple hora de natación notamos que respiramos mejor. Los movimientos en el agua ensanchan nuestros pulmones y en pocas semanas percibimos como nuestra capacidad pulmonar es mucho mayor que antes.
  3. Ejercita todos los músculos y tonifica el cuerpo: brazos, piernas, cuelo, espalda, caderas… no hay una parte de nuestro cuerpo que no se ejercite dentro del agua. Además, los movimientos suaves pero contundentes de la natación son buenísimos sobre todo en la edad adulta, donde es mucho más saludable practicar un deporte tranquilo y evitando riesgos. Este completo ejercicio de nadar tiene otra ventaja y es que, modela nuestro cuerpo y evita que la carne nos cuelgue de los brazos, tripa, piernas, etc. algo tan común en la vejez y, sin embargo, tan sencillo de solucionar de una manera saludable.
  4. Mejora la circulación sanguínea y disminuye el nivel de colesterol: el agua siempre ha sido una gran ayuda para nuestra circulación. Los cambios de agua fría a agua caliente y viceversa son más que recomendables por hematólogos, ya que evitan la aparición de trombos y permiten una correcta circulación de la sangre en nuestras venas y arterias, algo que, a su vez, contribuye a que los niveles de colesterol sean los óptimos.
  5. Mejora nuestra postura: la natación es uno de los ejercicios más recomendados por traumatólogos para fortalecer la columna vertebral, evitar los dolores de espalda y articulaciones, corregir problemas cervicales y lumbares, etc. esto es porque nadando, las posturas de nuestro cuerpo con las óptimas para evitar dolores y lesiones, no se sobrecarga ninguna zona y además, nos acostumbramos a mantener esas buenas conductas fuera del agua.
  6. Somos más resistentes a las infecciones: la natación ayuda a eliminar toxinas de la piel, nos hace sentir más activos y nos da una sensación constante de vitalidad. Esto no nos hace inmunes a contraer cualquier virus o bacteria, pero desde luego, nos permite ser más resistentes a ellas y nos ayuda a recuperarnos mejor.

Foto: Google Imágenes

 

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