Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cerca de 1 de cada 10 personas mayores ha sufrido malos tratos en el último mes, un problema que se prevé en aumento por el envejecimiento de la población en muchos países ya que la población mundial está previsto que pase de los 900 millones de mayores que hay en la actualidad a los 2000 millones que se estiman en 2050.
El maltrato de las personas mayores es un problema importante de salud pública y aunque hay poca información sobre este tema, se cree que solo se notifica 1 de cada 24 casos de maltrato a mayores, esto se debe a que los afectados suelen tener miedo a denunciar o a informar de la situación, y todo indica que las tasas de maltrato son superiores entre los ancianos residentes en instituciones que entre los que viven fuera de ellas con sus familias, por ejemplo.
El maltrato a las personas mayores puede ser físico, psicológico, de desatención e incluso de abuso económico y hasta sexual. Para las personas mayores las consecuencias del maltrato pueden ser especialmente graves porque sus huesos son más frágiles y la convalecencia más larga. Incluso lesiones relativamente menores pueden provocar daños graves y permanentes, o la muerte.
En muchas partes del mundo el maltrato de los ancianos pasa casi inadvertido. Hasta hace poco, este grave problema social se ocultaba a la vista del público y se consideraba como un asunto esencialmente privado.
Desde los puntos de vista sanitario y social, si los sectores de atención primaria de salud y servicios sociales no están bien dotados para detectar y resolver el problema, el maltrato de los ancianos seguirá estando semioculto, por lo que es fundamental que esto cambie y se exija una respuesta mundial centrada en la protección de los derechos de las personas de edad.
