El envejecimiento de nuestra sociedad trae consigo cambios en la estructura del mercado laboral. El Gobierno plantea este viernes la ampliación de la vida laboral y penalizaciones a la prejubilación.
Los bajos índices de natalidad y el aumento en la esperanza de vida ha llevado a un evidente envejecimiento de la sociedad que pone en peligro el mantenimiento del actual sistema de pensiones.
Este viernes se reúne el Consejo de Ministros para votar, a propuesta del ministro de Trabajo Celestino Corbacho, la reforma del sistema de pensiones. Además de las modificaciones que se han planteado –como os hemos ido informando estas semanas- se propondrá el retraso de la edad de jubilación –de los 65 a los 67- y una penalización en las pensiones a las prejubilaciones.
Concretamente, se pretende que esta medida se vaya aplicando gradualmente a partir de 2013 hasta culminarla probablemente en 2025. De aprobarse, se podría reducir un 0,5% el peso de las pensiones sobre el Producto Interior Bruto, en unos momentos de especial presión en las arcas públicas.
Pero, en contra de la idea de alargar sin más hasta los 70 la edad de jubilación voluntariamente, se propone la eliminación de las jubilaciones anticipadas y se opta por el punto medio: jubilación a los 67 años. Por este motivo, también se aprueba la penalización de las prejubilaciones de trabajadores con 53 años.
Parece ser, como cuenta lainformacion.com, que la medida se aplicará en 2014 con una prórroga de cuatro meses, de seis en 2015, ocho al año siguiente, y así hasta que en 2025 todo el mundo se jubile dos años más tarde de lo que puede hacerlo ahora. Se contemplarán, por otra parte, excepciones en algunos sectores y profesiones.
