Microvoluntarios: voluntarios al minuto

La incorporación de los más mayores a las labores de voluntariado supone toda una serie de ventajas: lleva a mejorar su imagen social y su papel ante el resto de la población, rompiendo con la idea (asentada incluso entre los propios mayores) de inactividad e inutilidad que a menudo existe sobre las personas de edad avanzada, por no olvidar que su amplia experiencia y dedicación permite realizar más y mejores programas de intervención. Además, favorece el intercambio generacional, permite la integración social, previniendo así la marginación social y el deterioro físico y mental.

Sin embargo, no es nada fácil implicar a las personas mayores en las organizaciones, ya que el voluntariado no se encuentra en su experiencia de vida, y para ellos es algo que no va con su “estilo de vida”, les resulta algo lejano e impensable, no hecho para ellos, sino para personas jóvenes con un alto grado de sacrificio y compromiso. A esto hay que sumar la visión que se tiene de las organizaciones, al considerar que sólo se puede participar si se tiene un alto grado de compromiso y de “vocación”, para lo que evidentemente no se ven capaces muchos mayores.

A pesar de todo, en nuestro país el movimiento asociativo de las personas mayores ha adquirido un importante desarrollo. Según la Encuesta Sobreparticipación de la Población Adulta en las Actividades de Aprendizaje(2007) del INE, el 61,8% de los mayores de entre 65 y 74 años pertenecen a una organización, grupo o asociación, y de ellos, el 13,1%, en una organización benéfica y de voluntariado informal.

Hay todo un abanico de posibilidades a la hora de desarrollar una labor de voluntariado. Incluso durante unos minutos y a través de Internet, pudiendo colaborar en diferentes tareas que pueden ir desde dar a conocer una campaña en las redes sociales hasta traducir un texto a diversos idiomas o labores que requieren más tiempo, siempre con un límite de 120 minutos. Es de lo que se encarga desde el 2007 Microvoluntarios.org, una plataforma creada por la Fundación Bip Bip para servir de punto de encuentro entre ONGs y voluntarios, donde las primeras publican sus necesidades y los segundos se prestan a cubrirlas. Las tareas tienen una particularidad: se realizan desde un ordenador con conexión a Internet y en un tiempo estimado que oscila de 15 a 120 minutos. Cuando una persona se da de alta, anota sus preferencias y selecciona la actividad en función del tiempo que tiene disponible.

El propósito de esta fórmula es un nuevo modelo de voluntariado que se puede hacer desde cualquier lugar y en cualquier momento. Las tareas pueden ser simples como difundir una campaña a través de Facebook o de Twitter o algo más complejas como traducciones. También se pueden hacer de modo individual o colectivo.

En Microvoluntarios hay registradas 470 organizaciones, algunas pequeñas y otras grandes como Intermón Oxfam o Economistas Sin Fronteras, que utilizan este recurso para ciertas necesidades puntuales de las que se encargan los 5.000 voluntarios registrados. Microvoluntarios también permite que aquellas empresas que estén interesadas cuenten con su propio gestor y personalicen el portal para que sus trabajadores colaboren y las compañías conozcan en tiempo real cuántas horas dedican a estas tareas, a qué ONG ayudan y la calidad del trabajo. Para ello, las propias entidades otorgan puntos “karma”. Cuándo se concluye una tarea, la ONG valora el resultado y califica el trabajo realizado, y si por alguna razón no queda satisfecha, pasa la tarea al siguiente microvoluntario.

En España Microvoluntarios es la única plataforma que permite este tipo de voluntariado, pero es un fenómeno que se encuentra en diferentes partes del mundo. Por ejemplo, en Estado Unidos gracias a esta fórmula se han podido recabar miles de datos para la Nasa en menos de un mes, que a un ciéntifico profesional le hubiera supuesto al menos dos años de trabajo. Tal es la expansión en USA, que esta tendencia ha dado lugar a un nuevo término, “Crowdsourcing”, con el que se hace referencia a un grupo de personas que ayudan de manera voluntaria y colectiva a realizar una tarea. En Reino Unido, este término se traduce en “Help fron Home” (ayuda desde casa).

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