Meterse en harina

Hace algún tiempo os presentamos ya el fenómeno del crowdfunding: la financiación colectiva de proyectos que, a cambio del apoyo recibido, ofrecen una recompensa a sus mecenas. Desde editar un libro a poner en marcha un negocio son ideas susceptibles de servirse de estas fórmulas.

Y posiblemente, la plataforma cercana que mejor está funcionando sea Verkami. Aunque especialmente volcada en proyectos de cariz artístico, también da cobijo a propuestas de economías alternativas y medioambientales. A nosotros nos gusta echar periódicamente un vistazo a sus propuestas, pues a menudo se encuentran ideas estimulantes, especialmente en tiempos de desánimo económico como los que vivimos y en los que a veces se diría que ya nadie saca valor para el emprendimiento.

Esto es lo que nos ha ocurrido al dar con La Garbiana Pagesa y su petición para financiar un nuevo molino harinero para su cooperativa. Como ellos mismos cuentan, los cuatro miembros de esta comunidad campesina, emplazada en Tarroja de Segarra, se conocen desde la niñez y han decidido continuar con la tradición agrícola de la localidad. Para ello, comparten maquinaria, trabajo y tierras: 30 hectáreas de cereales.

En ellas cultivan espelta, centeno, trigo persa y también dos variedades de trigo que corrían el riesgo de dejarse de cultivar y que se están recuperando, en parte gracias a su empeño: el blat blanc de la Segarra y el blat fort de Solsona. La contribución a mantener la biodiversidad alimentaria es parte de la filosofía de estos jóvenes payeses comprometidos con su entorno y con la cultura campesina.

Ahora, para adquirir un nuevo molino de piedra natural que les permita ampliar su producción, han pedido ayuda a los mecenas particulares que sientan simpatía por sus iniciativas. A cambio ofrecen distintas recompensas, desde que nuestro nombre aparezca en sus etiquetas a lotes de sus harinas, pasando por desayunos en sus instalaciones o incluso, para los más generosos, que el nuevo molino lleve el nombre de su mecenas. También hay ofertas pensadas directamente para panaderos, que quieran proveerse de harinas de primera calidad. Si entras en Verkami, podrás conocer con más detalles su propuesta.

Además, la Garbiana es también cultivadora y proveedora de frutas y verduras ecológicas de cercanía. Así, quienes vivan en el vecindario, pueden comprarles no sólo harina, sino también hortalizas. Un bonito ejemplo de una nueva generación de campesinos que buscan asentarse sobre un modelo sostenible, sin intermediarios y de proximidad, como ellos mismos explicaron en el programa que les dedicó El escarabajo verde.

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