Jornada Mundial del enfermo 2016

Hoy se celebra la Jornada Mundial del enfermo una fecha instituida por el Papa Juan Pablo II en el año 1992 y que se mantiene hasta nuestros días. La fecha, que coincide con la memoria litúrgica de la Virgen de Lourdes tiene ”como objetivo manifiesto sensibilizar al pueblo de Dios y, por consiguiente, a las varias instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos…”

La Iglesia Católica celebra esta jornada de manera solemne una vez cada tres años, igual que hace con las Jornadas Mundiales de la Juventud y la Familia y Su Santidad, este año ha querido que sea la ciudad de Nazaret la encargada de acoger este evento.

La idea de que el lugar elegido sea Tierra Santa se debe a que el primer milagro que realizó Jesús fue el de las Bodas de Canaá y lo hace con la ayuda de su Madre, la Virgen. En este pasaje de la Biblia, Jesús y su Madre se encuentran en una boda y es María quien se da cuenta de que se ha acabado el vino. Ella, prudente y discreta se lo dice a su Hijo, quien obra el milagro, pero antes la Virgen les dice a los sirvientes ”Haced lo que Él os diga” (Jn 2,5). Unas palabras que el Papa Francisco toma de ejemplo en esta Jornada Mundial del enfermo, porque aunque sabe que la enfermedad, sobre todo cuando es grave, pone a prueba la fe en Dios y hace al enfermo plantearse muchas cuestiones sobre su existencia, nos invita a que confiemos en la misericordia de Jesús, igual que hizo María. Una misericordia que Su santidad tiene presente en todas las celebraciones de este año, puesto que estamos en el Jubileo extraordinario de la misericordia.

El Sumo Pontífice es consciente de que las enfermedades nos llevan a la desesperación y a la pérdida de esperanza, pero que también son el puente para agarrarnos con más fuerza que nunca a la fe en Dios.

Con este homenaje a todas aquellas personas que están padeciendo alguna enfermedad y a quienes se encargan de cuidarlas con el mayor cariño y esmero, Francisco envía un mensaje positivo y les recuerda que Dios está con todos nosotros, y está seguro de que ”el Señor no dejará de transformar nuestro esfuerzo humano en algo divino” y aprovecha para desearles que estén animados por el ejemplo de María, Madre de la Misericordia ”La dulzura de su mirada nos acompañe en este Año Santo, a fin de que todos podamos descubrir la alegría de la ternura de Dios” y nos anima a llevarla grabada en nuestros corazones y en nuestros gestos.

Por su parte, en la mayoría de las iglesias del mundo, hoy los sacerdotes ungirán los Santos óleos (la unción de los enfermos) a todos aquellos que así lo deseen así como a las personas mayores para encomendarles al Señor y que les alivie en sus dolencias.

Foto. Google Imágenes

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