El 90% de los seniors españoles mayores de 65 años posee una vivienda en propiedad y, de ellos, al menos la mitad, estaría dispuesto a complementar sus ingresos de la jubilación con la contratación de una hipoteca inversa unida a un seguro de rentas vitalicias para la asegurar el cuidado y disfrute en su vejez. Al menos eso concluye el estudio Capacidad de la vivienda en propiedad como instrumento de financiación de las personas mayores en España¸ realizado hace algo más de un año por la Universidad de Barcelona.
A pesar de existir esta intención, son muy pocos los mayores que se han decidido a sacar rendimiento a sus propiedades, de hecho, una cuarta parte mueren dejando un rico patrimonio a pesar de que puedan estar en los últimos años sufriendo dificultades económicas. El principal motivo de esta tendencia es la intención generalizada en este sector de población de dejar herencia a sus hijos y familiares.
Entre los mayores de 50 años que optan por los planes vitalicios o a la hipoteca inversa, un 74% de los encuestados lo hace para envejecer en su vivienda, con asistencia externa si lo necesitan, frente a otras posibilidades como vivir en casa de algún familiar o en una residencia de ancianos.
Sin embargo, estos instrumentos financieros no son muy conocidos aún entre los seniors y la arraigada cultura de la herencia que hay en España tampoco juega a su favor, por lo que no muchas compañías se lanzan a ofrecer estos productos.
En 2050, España será el segundo país más envejecido de la OCDE, sólo por detrás de Japón, y el Estado no será capaz de cubrir por sí solo las necesidades de todos los mayores, y más si son dependientes, una categoría en la que se encuadrarán 1,5 millones de personas en 2015, como han resaltado los autores de este estudio. Por eso, este tipo de instrumentos se presentan como una alternativa válida o necesaria, según los casos.